Les Cabañes (Verdicio),

Illán GARCÍA

Gozón presume de ser un concejo marinero, aunque también uno de los principales municipios agrícolas de Asturias. Prueba de ello son las decenas de hectáreas dedicadas al cultivo de lechugas y tomates, mayoritariamente en invernaderos, a lo largo del municipio. A este sector productivo, la crisis económica no le pilla de sorpresa: hace quince años la oferta llegó a superar la demanda y eso desató una guerra de precios. Y en esas están los hortelanos. «Los precios no pueden bajar más», sentencia Roberto Lorenzo, «Chus», comercial de Invernaderos Les Cabañes.

En pleno mes de las flores, los productores gozoniegos confían ahora en que las cosechas no se vean muy alteradas por el frío y las lluvias de los últimos meses. «Llevamos una quincena de retraso y esperamos no llegar a agosto para recoger la cosecha, ya que sería más complicado», explica Manuel Antonio Lorenzo, hermano y socio de Chus en el invernadero. Las bajas temperaturas de esta primavera han trastocado el calendario de las plantaciones y los agricultores temen perder algunas cosechas. Las fabas, por ejemplo, tampoco se han podido plantar aún por el frío pese a que la fecha ideal para esa labor son estos días de mediados de mayo.

Invernaderos Les Cabañes suministra, principalmente, lechugas y tomates a una gran superficie asturiana «no multinacional», según aclara Chus Lorenzo. Vende también a tiendas y bares «que son los que aportan la caja diaria». Esta empresa cuenta con cuatro trabajadores -tres socios y un asalariado- y con una hectárea de terreno. En la parte alta de la finca han instalado un cultivo de tomates hidropónico (sistema de regadío sin necesidad de tierra), uno de los pocos que existen en Gozón.

«En Gozón trabajamos de manera muy profesional pero también hay que decir que sufrimos competencia desleal», asegura el comercial de Invernaderos Les Cabañes. Y se explica: «Algunos pequeños productores que no pagan impuestos venden sus lechugas, por ejemplo, en detrimento de los profesionales». Sigue: «La competencia desleal no sólo conlleva un problema económico sino sanitario: nosotros tenemos que pasar unos duros controles antes de poder vender nuestros productos». El alto coste del mantenimiento de las explotaciones es otro factor importante a tener en cuenta en plena crisis económica, según destacan los hermanos Lorenzo, que continúan una tradición familiar que se inició allá por 1971, en la época que los invernaderos llegaron a Asturias.