El cine llegó con el ferrocarril a Avilés, una ciudad apegada al celuloide desde la misma época de los hermanos Lumière. Se cumplen ahora veinticinco años del rodaje de «El vivo retrato», la primera producción asturiana moderna, el único filme de aquello que en su día se vino en llamar cine de Asturias, en los albores de la autonomía, en el año 1986. Mario Menéndez (Oviedo, 1951-Barcelona, 2005) dirigió una película que daba forma al mito del «mundo feliz»: clones, tienda de bebés, ciencia ficción. El músico de jazz Andreas Prittwitz, como un científico nazi que sobrevive a un naufragio y recala en las costas cantábricas; Victoria Vera, la prostituta que sabe alemán; Luis Eduardo Aute, mensajero del futuro. Y Fernando Poblet. Y hasta Juan Cueto como guardia civil: media Asturias farandulera se pasó por los fotogramas de la película de Mario Menéndez.

El desastre económico que supuso esta primera película dejó a Asturias sin cine hasta bien entrados los años noventa, cuando la Escuela de Cine abrió sede en el Principado y el Festival de Gijón se limpió el polvo de los años pasados. Pero antes de que sucediera todo esto la ciudad vivió los años más dulces del celuloide. Avilés era como París: una ciudad de cine. Las carpas que ofrecían imágenes en movimiento son casi tan antiguas como el propio artefacto. El historiador Juan Carlos de la Madrid ha recuperado en innumerables ocasiones episodios perdidos de la historia del cine en Avilés. La primera película rodada en la villa, según ha documentado el propio De la Madrid, es «Vistas de Avilés y San Juan de Nieva», un reportaje al estilo de los Lumière, del año 1901. La primera película filmada en Avilés conservada es la del traslado de los restos de Pedro Menéndez, el conquistador de La Florida, el 8 de agosto de 1924. El documento se encuentra en el Ayuntamiento de Avilés.

Sin embargo, no fue hasta 1998 en que el concejo de Avilés se convirtió en escenario de gran película. Javier Fesser abrió la veta. Debutó con «El milagro de P. Tinto» en el cine comercial después de una carrera gigantesca en el mundo de los cortos. Su primer largometraje era una alocada historia de amor que rodó, sobre todo, en el puerto de Avilés, escenario que antes había acogido películas de José Rico o José Braña.

En 2000 José Luis Garci -el primer Oscar español- volvió a Asturias después de años de series y programas de televisión. Abrió entonces su etapa de cine añejo. Lydia Bosch e Iñaki Miramón se pasearon por el atrio de la iglesia de San Nicolás y por los arcos de la calle de Galiana. El cine de antes con el que Garci abrió el tercer milenio se repitió en 2006, cuando «Luz de domingo», un filme basado en una de las tres novelas poemáticas de Ramón Pérez de Ayala. Entonces Garci repitió plano (la subida de la céntrica calle avilesina). Explicó a LA NUEVA ESPAÑA en su día que se había quedado «con las ganas» de sacar los arcos en «You're the one» (entonces habían caído en la mesa de montaje). Paula Echevarría y Álex González descendieron una calle Galiana con negocios ficticios como encuadernación Parrondo o la zapatería Ayala. La «troupe» de «Luz de domingo» se había juntado en el teatro Palacio Valdés. Los figurantes -monjas enfermeras, enfermos y caídos- rodaron en el patio del colegio de San Nicolás.

El centro de Avilés es el escenario predilecto de los que convierten la ciudad en plató cinematográfico. En 2007 Woody Allen cerró las calles de San Francisco y Galiana y la plaza de Álvarez Acebal para rodar unos cuantos planos de «Vicky Cristina Barcelona», la película que le dio el Oscar a Penélope Cruz. Durante una tarde el centro estuvo rodeado de vallas y satisfacción oficial. En el Ayuntamiento y en el Centro Niemeyer -muñidores del rodaje- estaban henchidos (tres estrellas en Avilés, un maestro en la dirección), los comercios, sin embargo, no tanto. La promoción de la ciudad quedó diluida: los planos filmados en Avilés en la película se situaron en Oviedo.

La Film Comission del Principado de Asturias cofinanció en 2009 la peor película del año -la que aspiraba a más «Yogas»-: «Campamento Flipy». Varias escenas se rodaron en la plaza de Álvarez Acebal. Flipy y el actor Pablo Carbonell, reparto sin par..