Myriam MANCISIDOR

La lluvia de los últimos días y la falta de viento sur está retrasando este año la llegada de aves migrantes a la ría de Avilés, aunque ayer los integrantes del grupo ornitológico Mavea se llevaron una agradable sorpresa: hasta Zeluán se desplazó a media mañana un correlimos de Temminck, un limícola raras veces visto en Asturias. Este correlimos habita en los pantanos y marismas de la taiga del norte de Eurasia, cría en el sur de Escandinavia y, en ocasiones, en Escocia. El avistamiento de este migrante fue motivo de sorpresa para los ornitólgos que estaban en Zeluán observando otros tipos de correlimos, espátulas o chorlitos, entre otras especies.

Hasta Zeluán se desplazaron también ayer numerosas personas animadas por las visitas guiadas que desde hace días ofrece Mavea en colaboración con la mancomunidad turística Comarca Avilés. Hasta el Monumento Natural se desplazó, incluso, el ornitólogo Daniel López Velasco, considerado un experto mundial en este campo. «López es socio de Mavea y viene a menudo a Avilés porque la ría es, por estas fechas, uno de los mejores sitios para observar limícolas», explicó Iván Díaz Pallares, del grupo ornitológico. Avanzó, además, que la previsión es que «en cuestión de horas o días, con sol y viento sur»lleguen a Zeluán y la ensenada de Llodero miles de aves».

El interés de la charca de Zeluán y la vecina ensenada de Llodero, ambas catalogadas Monumento Natural, radica precisamente en las aves migratorias que hacen escala en la zona durante sus largos viajes, y que pasan de la ensenada anexa a la charca siguiendo el ritmo de las mareas. Estas aves se detienen en la comarca entre unos minutos y un día durante su viaje al norte de Europa.