F. L. JIMÉNEZ

«No es más que una gota de agua en un mar de necesidad, pero bienvenida sea». Son palabras de uno de los cabezas de familia que se benefician del reparto de 10 toneladas de alimentos que realiza desde ayer y por tercera vez en lo que va de año la Cruz Roja Española de Avilés; en esta ocasión la entrega de comida tiene como destinatarias a 519 familias «de todo tipo y condición», según apunta uno de los responsables de la iniciativa. Esa cifra supone que la demanda de ayuda alimentaria en la comarca ha aumentado un 28 por ciento desde el mes de agosto, cuando se hizo el reparto anterior.

«Es indudable que hay mucha gente pasándolo fatal», apostillan los voluntarios de la Cruz Roja, un pequeño ejército que ayer se afanaba en atender lo más rápido posible a la gente arremolinada delante del portón de la vieja rula, donde se realiza la entrega de alimentos. La larga cola de personas en busca de comida (arroz, aceite, legumbres, galletas, potitos infantiles, tomate en lata, pasta...) obligó a la Cruz Roja a prorrogar una hora más de lo previsto el horario de entrega de los lotes de alimentos. Pero ni ese agobio impidió que los beneficiarios del reparto fuesen atendidos con eficacia y con una encomiable humanidad. A última hora de la mañana un voluntario aún tenía chispa como para arrancar una sonrisa a una niña azorada que miraba con ojos abiertos como platos la comida que recogían sus padres: «¡Hola princesita! ¿Cómo estás?»