Saúl FERNÁNDEZ

La afición sportinguista estará «eternamente» agradecida al entrenador Manolo Preciado (El Astillero, Cantabria, 1957-Marenys de Barraquetes, Valencia, 2012). Y el artista Vicente Santarúa trabaja en su estudio avilesino para dar forma a ese eterno agradecimiento: la escultura de bronce marino para la memoria del entrenador más carismático del equipo de fútbol de Gijón.

Preciado contribuyó a que los del Molinón ascendieran a Primera División en 2008. Devolvió la ilusión a una hinchada apagada durante temporadas de fracasos continuados, años de rozar el éxito con los dedos y terminar como hundidos. Preciado fue destituido hace ahora un año, en medio de su sexta temporada en la escuadra gijonesa. Este pasado junio falleció. «A los pocos días recibí el encargo del Portal Sportinguista: querían que hiciera una escultura que le recordara para siempre», comenta Santarúa. Será «el agradecimiento del público a la persona que convirtió al equipo y a los espectadores en un sólo cuerpo», añade el artista; autor, entre otros, del monumento ovetense a Woody Allen.

Santarúa trabaja en su estudio avilesino mientras escucha la programación de Radio Clásica. Toca zarzuela. Última los rizos de barro del entrenador cántabro. Ha avanzado su tarea. «En un par de meses puedo tenerla acabada», apunta el artista. «Lo que tengo es la cabeza de la escultura, las manos y el resto del cuerpo. Las manos y la cabeza son de barro, el cuerpo de cartón, de poliéster... El siguiente paso que he de dar es el de pasar el barro a escayola y esta, a cera», confirma el escultor. «La escultura se tiene que hacer por piezas», explica Santarúa mientras se deja fotografiar para LA NUEVA ESPAÑA.

El Portal Sportinguista fue el que tuvo la idea. «En vida de Preciado hicimos unas bufandas para agradecerle todo lo que había hecho por nosotros», apunta Jaime Álvarez, presidente de la peña virtual. «Nos gustaría celebrar el nuevo ascenso a Primera con la escultura inaugurada», añade Álvarez. Ya tiene ubicación: en la Alameda de Manuel Preciado, bordeando la grada Este del Molinón.

Un matrimonio tan bien avenido como el de Preciado y los sportinguistas se ha dado pocas veces en España. «El homenaje que proponemos es pionero en España. En el Reino Unido y en Estados Unidos se recuerda a sus líderes, pero no aquí y, mucho menos como lo planteamos», comenta Jaime Álvarez. La propuesta es que a los pies de este Manolo Preciado de bronce estén los nombres de todos los que contribuyeron a levantar la escultura. «Hasta un máximo de 11.000 placas», aclara el sportinguista. La idea es poder recaudar 110.000 euros: 10 por aficionado. «En tanto que podamos contar con ese presupuesto podremos inaugurar la escultura», explica Álvarez. «Ahora estamos por la mitad», confiesa el presidente de la peña digital de sportinguista. La página web sigue recibiendo inscripciones, «pero también cualquier Banco Herrero, en la cuenta del Portal Sportinguista», apostilla Álvarez.

La escultura del entrenador Preciado tendrá tamaño natural, sin peana. «Del estilo al Woody Allen de Oviedo», insiste Álvarez. «El proyecto cuenta con el apoyo de la familia de Preciado: de su mujer (Arancha Arbolí) y de su hijo Manuel», comenta el artista.

Manuel Preciado pasará a la eternidad y al bronce celebrando el gol que Quique Matilla metió al Albacete en 2007: brazos en alto, traje oscuro, corbata roja, con las dos alianzas en las manos... «Empecé con apuntes, con fotografías, con la biografía de Rubén Díez», confiesa Vicente Santarúa. Homenaje eterno a quien fue capaz de rendir a la afición de uno de los equipos históricos de la Liga Profesional. Hace sólo medio año que falta.