Las anguilas y sus crías, las angulas, se consolidan como habitantes de la ría avilesina, según ha constatado el Grupo Ornitológico Mavea. Esta especie se suma así al regreso de otros inquilinos de las aguas del estuario, como la navaja autóctona "Solen marginatus", bígaros, llámparas, oricios, crustáceos y percebes. Los avistamientos de esta especie se han producido especialmente en la ensenada de Llodero y en el entorno de Zeluán, así como en la cola del estuario. La ría avilesina se ha convertido, pues, en escenario de la reproducción de las anguilas, que desovan en el Mar de los Sargazos. Desde allí las larvas se dejan arrastrar por la corriente hasta que, entre uno y tres años después, llegan a la costa para transformarse en angulas. Cuando crecen, ya convertidas en anguilas, van subiendo río arriba.

El grupo ornitológico Mavea celebra el regreso de la especie, pero advierte de que, de no continuar las ayudas para la revitalización de la fauna y de la flora, se perderá todo el camino recorrido hasta ahora. Además proponen que se prohíba la pesca de la angula en la ría, ya que se trata de una especie en peligro de extinción.

Hace décadas, esta pesca era habitual en Avilés, aunque la lonja de San Juan de la Arena sea el epicentro de la venta de angula en Asturias. Así, según Rufino Arrojo, responsable de las visitas guiadas a la Rula de Avilés durante el verano, los cedazos de los anguleros se ubicaban a la altura del hospitalillo de Ensidesa. Y en la lonja también se rulaba el producto. La angula, según los ecologistas, también se podía pescar en la parte baja de la ría, junto a las desembocaduras de los ríos Raíces y Vioño. Y, dado que era muy abundante, se colaba en las depuradoras de agua de Ensidesa, donde las recogían los trabajadores par su consumo.

"Pasarán todavía muchos años hasta que podamos ver la estampa de los anguleros iluminando con sus faroles el cauce de la ría avilesina", advierte el grupo ornitológico Mavea, en consideración de esa protección que reclama para la especie.