La comarca avilesina carece por fin de "puntos negros", de acuerdo al último informe elaborado por la organización Automovilistas Europeos Asociados (AEA). La variante de Avilés -concretamente el punto kilométrico 98,700 de la N-632, a la altura del viaducto de La Magdalena- no está incluido esta vez en el estudio elaborado por dicho colectivo, que recoge datos de siniestralidad del último quinquenio. Tampoco destaca en el presentado recientemente por EuroRap (European Road Assesment Program), donde se define el tramo de la vieja nacional a su paso por la comarca de "riesgo medio-bajo". Desde 1990, el año de su inauguración, 58 personas perdieron la vida en esta vía.

El cambio de calificación se explica ahora por la reducción del número de víctimas en la ronda avilesina, si bien entre los usuarios de la vía aún late el recuerdo de los dos últimos fallecidos, ambos vecinos de la comarca y que perdieron la vida el pasado octubre; colisionaron frontalmente contra sendos camiones. La Dirección General de Tráfico (DGT) define como "puntos negros" los emplazamientos en los que se han registrado tres o más accidentes con víctimas, con una separación máxima entre uno y otro de cien metros. Es por esto que la variante avilesina ha perdido la dramática etiqueta, aunque después de los dos últimos accidentes con víctimas mortales la Jefatura Provincial de Tráfico anunció su intención de extremar la seguridad.

Entonces, el Ministerio de Interior sopesó la posibilidad de revisar la señalización, actualmente con la velocidad limitada a cien kilómetros por hora y con doble línea continua, por lo que están prohibidos los adelantamientos en todo el trazado. La AEA incide precisamente en su último informe en la existencia de tramos peligrosos "sin señalizar y sin radar".

Los usuarios de la variante avilesina, entre tanto, llevan ya años reclamando mejoras. Los conductores profesionales defienden rebajar a 80 kilómetros por hora el límite máximo de velocidad y al igual que la mayoría de pilotos consultados piden la mejora del alumbrado. Aunque la iluminación de la vía fue una de las medidas adoptadas por Tráfico en su día con el objetivo de reducir la siniestralidad en la vía, las farolas permanecen ahora apagadas. Proponen también que se mejore el firme y hacen especial hincapié en la necesidad de utilizar correctamente los carriles de aceleración.

Aunque la ronda avilesina sigue siendo tema de conversación, los años más negros de la vía fueron 1993 y 1998, con nueve fallecidos cada uno. La Variante, o, lo que es lo mismo, los diez kilómetros que unen Vegarrozadas y Avilés por la N-632, suma en total 58 días negros, tantos como víctimas se ha cobrado desde su inauguración hace casi un cuarto de siglo. Es, como la mayoría de las carreteras peligrosas a las que hacen alusión las asociaciones de automovilistas en sus informes, una vía convencional. Siete de cada diez accidentes mortales que se registran en España son en este tipo de pistas.

Algunos de los siniestros se explican por un exceso de confianza por parte de los conductores. Esto también tiene una explicación: la circunvalación avilesina ha pasado de ser la única vía de comunicación entre la cornisa cantábrica con Galicia a ser utilizada, básicamente, por conductores de la comarca.

En los informes elaborados por asociaciones profesionales como AEA tampoco sí que figuran como "puntos negros" la curva de la Consolación en Corvera o la carretera que comunica Avilés con Luanco, donde periódicamente se producen accidentes de tráfico.