Quisiera comenzar dando mis más sentidas gracias a todo el personal sanitario que tuvo a bien atendernos y animarnos en los siete días que duró nuestro ingreso, a los equipos de ginecología y obstetricia, maternidad, pediatría y a nuestros familiares... a todos aquellos que fueron una luz en la oscuridad.

Señores y señoras lectores, usuarios de los servicios del Hospital San Agustín, padres y madres, por la presente quisiera ponerles al corriente de lo que a mi entender es una noticia de máximo interés público y una mancha en el buen hacer de nuestro hospital, pues por tal lo siento. De lo que nos pasó y pasa sistemáticamente a otras familias en la unidad de neonatología de dicho hospital, cuando por las razones que fueren menester bien por nacimiento por cesárea o amenaza de sepsis generalizada (como fue nuestro caso), los recién nacidos son ingresados en ella y usurpados del derecho inalienable de ser acompañados por sus madres y padres las veinticuatro horas del día.

Hoy por hoy sobran evidencias científicas de los beneficios clínicos y así se practica en las unidades más avanzadas de pediatría de España y Europa, no sólo ante cesáreas o infecciones, sino ante operaciones que revisten una mayor gravedad. Distintas instituciones públicas españolas han declarado que el contacto entre los niños hospitalizados y sus padres no debe tener más restricciones que las impuestas por el estado de salud del niño, y que en caso de que el sistema organizativo general del centro sea incompatible con la presencia de los padres, es el sistema organizativo, y no la presencia de los padres, lo que hay que modificar, pues el interés del menor debe prevalecer siempre sobre cualquier otro.

No, no hay excusa posible. Por eso, ruego encarecidamente desde esta tribuna al director gestor y a los responsables de calidad y servicios médicos y quirúrgicos del hospital que tengan en consideración este interés superior, y de conformidad con la legislación nacional e internacional, eliminen cualquier obstáculo que impida a los recién nacidos disfrutar del acompañamiento permanente de sus padres. Y ánimo, asimismo a toda familia que tenga en miras dar a luz en el Hospital San Agustín, se informe y luche por los derechos de lo que sin duda es y será lo más preciado. Que nadie os separe. Atentamente.