El pintor Juan Carreño de Miranda trabajó durante años para Carlos II, el Rey Hechizado, y así es natural que se dejara impregnar de aquel embrujo suyo, el del último de los Austrias, y que, además, lo supiera transmitir a sus obras. Lo hizo en innumerables ocasiones, casi siempre para la familia del monarca, pero también para conventos, pequeñas parroquias... la obra de Carreño de Miranda es gigante y está desperdigada. La muestra que se inauguró ayer de tarde en el Centro Municipal de Arte y Exposiciones (CMAE) pretende explicar "las huellas que dejó el pintor en Asturias, la tierra que dejó de niño y a la que nunca regresó", aseguró Ramón Baragaño, el comisario de la exposición que se exhibirá en Avilés hasta dentro de un mes.

Los pinceles de Carreño de Miranda lograron atrapar el embrujo del Rey Hechizado, el segundo Carlos, y ese embrujo lo vivieron ayer casi dos centenares de personas que acudieron a la apertura de "Tras las huellas de Carreño en Asturias", una muestra sobre el pintor de cámara asturiano, sus epígonos y los pasos por el mundo del artista avilesino más importante de todos los tiempos.

La obra de Carreño Miranda es ingente, casi toda para Carlos II, el último de los Austrias, de la familia que condujo a España por los caminos imperiales. El Ayuntamiento de Avilés y la Sociedad Económica de Amigos del País de Avilés y Comarca son los responsables de una exposición que nace ya para hacerse un hueco en la memoria de los avilesinos. "Hoy día 21 de noviembre es un día importante en Avilés", dijo la Alcaldesa, Pilar Varela, que inauguró la muestra. Los representantes del Principado -los responsables de la edición del exquisito catálogo- brillaron por su ausencia, pero acudieron representantes de las instituciones y familias propietarias de las obras que se exhiben en el CMAE a partir de ayer mismo.

"Tras la huella de Carreño en Asturias" es el acto central del año del cuarto centenario del nacimiento "del mejor retratista español después de Velázquez", en palabras de Ramón Baragaño.

Los responsables de la muestra tomaron la palabra en un acto que sirvió como introducción a una colección de 22 cuadros, algunos nunca exhibidos, que explican la obra de Carreño de Miranda, las huellas dejadas entre sus discípulos y, además, en la ciudad que le vio nacer. "Porque Carreño es avilesino mientras no se demuestre lo contrario", aseveró Baragaño. Y es que existe una polémica sobre el lugar de nacimiento del artista. Palomino, el primer biógrafo de Carreño, su amigo íntimo, escribió que era de Avilés, lo que sucede es que no se conserva documentación que certifique como ciertas esas palabras.

Antonio Sabino, el presidente de la Sociedad de Amigos del País, explicó que la intención de la asociación que dirige no es otra que "acercar a Carreño a sus vecinos". Animó "a todo el mundo" a conocer la muestra. "Vengan con los niños", añadió. En este sentido se manifestó la alcaldesa de Avilés. "Estas son buenas fechas para conocer su obra: tenemos cerca la Navidad, el puente de la Constitución... Quien nos visite podrá conocer esta exposición", aseguró Varela.

Flor Lloriana hizo una introducción sobre la vida del pintor y concluyó su intervención advirtiendo: "Sólo tenemos un mes para ver todos estos cuadros juntos", dijo. Ricardo Fernández, el director técnico, señaló el hecho extraordinario de que "muchos de estos cuadros nunca habían sido expuestos". Baragaño fue un paso más: "Lo que pretendemos es descubrir al Carreño de Miranda que no está en los museos, recuperarlo y ponerlo en relación con su tierra". El concejal Román Antonio Álvarez fue el maestro de una ceremonia no exenta de emotividad y orgullo.