"Nuestra industria es la industria electro-intensiva de referencia. Transformamos esa energía en productos y servicios de muy alto valor añadido que, en un porcentaje elevado, se exportan y compiten en los mercados internacionales, contribuyendo muy notoriamente a la economía española. Para eso solo necesitamos disponer de un precio de la energía que sea competitivo, estable y predecible", reclamó Gonzalo Urquijo, el presidente de la Unión de Empresas Siderúrgicas (Unesid), durante la pasada junta general, a comienzos de este mes.

"En los últimos años, la prioridad regulatoria ha sido eliminar el déficit del sistema. Nuestra industria ha sufrido - y mucho - en el proceso y ha defendido sus posiciones. Pero una vez conseguido el objetivo es necesario diseñar un nuevo sistema que se oriente al beneficio de los consumidores", añadió Urquijo.

"No queremos asistir a un proceso de deslocalización silenciosa de la industria española, sino que queremos permanecer en España, contribuyendo al bienestar de sus ciudadanos. Estamos convencidos de la bondad del objetivo de la reindustrialización, porque sin inversión industrial nuestro país no podrá revitalizar su economía. Ha llegado el momento de cambiar el foco de política energética y orientarla al servicio de la industria", concluyó el presidente de la patronal del sector.

La subasta de finales de agosto fue anticipada por Alberto Nadal, el secretario de Energía, hace unos días a los representantes del sindicato USO.