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El culebrón pesquero, acto segundo

El culebrón pesquero, acto segundo

La pretensión de "Virgen de las Mareas" de asumir la gestión de la rula reedita las desconfianzas y las hostilidades que bloquearon hace ocho años su apertura

Han cambiado los actores -aunque alguno sobrevive todavía en escena- pero muy poco el guión de la obra: la cofradía de pescadores "Virgen de las Mareas" pugna con uñas y dientes por asumir el control de la rula de la ciudad (que es la más importante de Asturias) y el poder político desconfía de su capacidad y de sus intenciones. La trama, cada vez más enredada, está trufada de guiños evocadores de viejas rencillas, de intereses económicos, de cruces de acusaciones y de amenazas judiciales. Odios y amores en la mejor tradición del género telenovelesco.

Al culebrón no le falta de nada, si acaso un título, que bien podría ser "En el nombre del pescado", inspirado en la teleserie mexicana "En el nombre del amor" que emitió La 1 de TVE justo en los años (2008-2009) en los que se desataron las hostilidades en el muelle pesquero con una triple consecuencia: la división irreconciliable del sector pesquero local en dos bandos, el bloqueo durante más de un año de la entrada en servicio de la nueva lonja y el paso de la gestión de la rula a manos públicas debido a una controvertida decisión del PSOE que aún escuece.

A modo de guía para no perderse en el galimatías que se está montando, a continuación se detallan los actores principales, así como algún que otro "secundario" y un repaso a los que protagonizaron la primera entrega y que pese a estar fuera de foco tuvieron tal peso en la trama que su papel aún colea.

Manuel Ponga. Exalcalde socialista de Avilés y presidente del Puerto cuando se construyó la nueva rula. Según expuso en su día, apartó a la Cofradía de la gestión del complejo para "modernizar" el modelo de venta de pescado y por la desconfianza que inspiraban su gestores de entonces. Sus detractores ven en él la "mano negra" que urdió una trama para hundir a la Cofradía por rencillas políticas.

Gregorio López. Era el patrón mayor de la Cofradía cuando ésta quedó fuera de la gestión comercial de la rula. Lideró la facción de armadores identificados con el glorioso pasado que representa la figura de Clemente Muñiz Guardado; acabó hastiado y derrotado y dejó una herencia envenenada en forma de deuda millonaria.

Ramón Arias. Armador al que el PSOE tiene en muy alta consideración. Fue el principal impulsor de Lonjavilés, una sociedad fundada en 2008 para tratar de arrebatar el control de la Cofradía a Gregorio López y hacerse con el control de la nueva rula. Con el tiempo abrió la espita a la marcha de barcos al puerto de Burela, donde tiene su base. Nunca quiso saber nada más ni de la Cofradía ni de la rula.

Aquilino Busto. Armador alienado en su momento con Ramón Arias, tuvo escarceos políticos con el PP en Cudillero, su pueblo natal. También llevó la base de sus barcos a Galicia. Su hipotético retorno a Avilés es una de las bazas con las que juegan los responsables de la Cofradía para fortalecer su posición de cara a gestionar la rula.

Jesús Galindo. Armador. El poco papel que tuvo en la obra (fue presidente de la Cofradía cuando el sector crítico a Gregorio López logró el poder) lo desempeñó a regañadientes y acabó dimitiendo, según las malas lenguas decepcionado con sus compañeros de viaje. Podría volver a escena, pero parece improbable.

Santiago Rodríguez Vega. Exalcalde de Avilés y presidente del Puerto. Ha heredado el papel de su mentor político, Manuel Ponga, en este culebrón. Ahora mismo trata de levantar un cordón sanitario que proteja la rula de aventuras empresariales poco fiables, como la que promueve la Cofradía.

Alberto Vizcaíno. Director general de Pesca. Ya conoce el papel porque le ha tocado representarlo antes: vela por los intereses del Gobierno regional en la rula y, como Rodríguez Vega, desconfía de las intenciones y capacidad de gestión de la Cofradía, donde le tienen una especial inquina.

Luis Venta Cueli. Diputado regional del PP, es el antagonista de Vizcaíno en el sainete. Defiende el derecho de la Cofradía a tomar el control de la rula y ha iniciado una cruzada para depurar responsabilidades políticas por la gestión de la lonja bajo el paraguas del PSOE.

Fidel Álvarez Garaot. Armador de Cudillero, preside la Cofradía desde hace tres años y acaba de ser reelegido para cuatro más. De proverbial discreción, estos días ha empezado a mostrar el colmillo afilado. Está llamado a partirse la cara por la Cofradía en la guerra para asumir la gestión de la rula.

Nacho Santiago. Armador de nuevo cuño (también tiene negocios en otros sectores), muchos le tienen por el cerebro en la sombra del equipo directivo de la Cofradía. O dicho de otro modo: por el hombre que mueve los hilos.

Alejandro Álvarez. El secretario de la Cofradía, es el encargado de apuntalar judicial y económicamente los acuerdos del cabildo. Su peso en la entidad es creciente.

Manuel Chedas. Patrón de pesca, intentó presidir la Cofradía pero fracasó. Hay quien le ve como el recambio deseable del actual equipo rector, pero lleva tiempo ajeno a esas intrigas.

Dimas García. Presidente de la federación regional de cofradías, sus relaciones con la de Avilés fueron en su día conflictivas y resulta difícil saber cómo serán en el futuro. Es el mediador por antonomasia, si bien en ciertos ámbitos le critican su "entreguismo" al PSOE.

Santiago Folgar. Lleva una retahíla de cargos vinculados a la pesca a su espalda, si bien es difícil encasillarle. Su último servicio a la causa de la Cofradía, de la que fue presidente apenas unos meses, ha sido intentar procurar el apoyo de la asociación de volanteros a los planes de "Virgen de las Mareas".

Inocencio y Manuel Rodríguez, "Lito". Son hermanos y presiden las asociaciones regionales de comercializadores de pescado; el primero la de mayoristas y el segundo, la de minoristas. Han dado la campanada al apoyar la idea de que sea la Cofradía la que gestione la rula. Otros agentes pesqueros y en medios socialistas les niegan la representatividad que les confieren sus cargos, pero lo cierto es que nadie en sus asociaciones les ha discutido la continuidad, al menos en las urnas.

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