"Avilés estaba esperando por esto y es más, está precioso". Así se expresó Raúl Menéndez, gerente durante 40 años de La Serrana, a la nueva directora del complejo hotelero 40 nudos, María José Arias, momentos antes de la reinauguración del emblemático negocio de la calle La Fruta. Arias, emocionada, prometió minutos más tarde que su misión al frente del establecimiento será "redoblar el esfuerzo" de sus antecesores y aportar un "grano de arena para el progreso de la ciudad, con dedicación, esfuerzo y corazón". "Este espacio siempre fue para la reunión de la sociedad avilesina y está a vuestra disposición", señaló la directora, antes de pronunciar unos versos de la poeta avilesina Ana de Valle, con los que despidió su discurso.

La reinauguración del hotel Luzana, el restaurante (que mantendrá el nombre de La Serrana) y el bar Allegro contó con decenas de avilesinos de diversos ámbitos como el empresarial, el político y el sindical. Entre ellos, estaba la alcaldesa, Mariví Monteserín, que expresó la importancia de reabrir un negocio como el de la calle La Fruta y recordó sus conversaciones en ese lugar con el cantante Manolo Tena, recientemente fallecido, y una tertulia con Severo Ochoa y el pintor Clavo. "Deseo larga vida a este proyecto para que siga siendo un referente", señaló la regidora avilesina.

El momento más emotivo del acto inaugural del 40 Nudos fue la entrega de placas a Raúl Menéndez (exgerente de La Serrana), Aurelio Fernández (exgerente fallecido) y Julián Díaz (conocido camarero). La viuda de Fernández, Cristina Hervás, recogió la placa en su nombre. Entre lágrimas de emoción, los asistentes recordaron aquellos años de gloria del que fuera no hace muchos años el único hotel de la villa avilesina.

"Si La Serrana fue un referente del siglo XX, este nuevo hotel lo será del siglo XXI", se oyó comentar entre los asistentes, que no quisieron perderse detalle de este emblema de la hotelería y hostelería avilesina. "Durante mis cuarenta años al frente de La Serrana fuimos un hotel de renombre, colaboramos con la residencia de Ingenieros de González Abarca, con el comedor de Ensidesa donde comían 1.000 personas y también el bar restaurante del aeropuerto y el del Hospital. Hoy estoy emocionado porque sé que todo va a ir bien con el equipo que dirige María José, les deseo lo mejor y que este espacio siga manteniendo el cariño del pueblo, como siempre", destacó Raúl Menéndez, que recuerda aquel 30 de septiembre de 1998 cuando se jubiló y aparcó décadas de trabajo al frente de este histórico establecimiento.