Los gestores de la Clínica Covadonga confían en superar con éxito la situación preconcursal a la que está sometida la empresa y poder llegar a acuerdos -judiciales o extrajudiciales- con los acreedores antes de fin de año. Así lo indicó ayer el abogado, Alfonso Tomás Menéndez, quien destacó que gracias a la declaración de preconcurso (con fecha del 27 de julio y anunciada por LA NUEVA ESPAÑA) se suspenden todas las ejecuciones, juicios ordinarios o meritorios que puedan afectar a bienes necesarios para la actividad de la empresa. Y un auto judicial acepta la solicitud de la Clínica Covadonga de considerar la tesorería como bien fundamental para continuar esa actividad, de ahí que ningún acreedor, como bancos o Seguridad Social, pueda intervenir financieramente en la empresa.

"Eso nos permite reestructurar la empresa, negociar con los acreedores, y tenemos confianza de que va a salir bien. Se ha hecho esto de forma estudiada, consecuente y es un hito que el juzgado de lo Mercantil nos diera la razón, porque esas paralizaciones de ejecuciones no son habituales", destacó Menéndez. El preconcurso finalizará a finales de año, plazo que tiene la Clínica Covadonga para sanear su economía y llegar a acuerdos con la treintena de proveedores a los que adeuda dinero.

Una suerte de desorganización administrativa, unida a los efectos de la crisis, fueron las causas de esta situación delicada, según explicó tanto el abogado como el administrador externo, Jesús Palacios, nombrado para poner orden. Los socios que son propietarios de la empresa, Marcos Barrientos y Luis Ángel García, se apartarán de esas tareas para centrarse en la actividad clínica. Una de las cuestiones que Palacios analiza es la plantilla: "De momento estamos manteniéndola, pero va a sobrar gente", advirtió. Pero lo que no hay, subrayaron tanto Menéndez como Palacios, es intención de cerrar la empresa ni tampoco de llegar a concurso de acreedores.