Un apego inseguro del infantil hacia el cuidador puede ser el origen de un adulto promiscuo. Así lo afirmó ayer la coach experta en sexología Elisa Prieto, quien centró su charla en explicar cómo la sexualidad es mucho más que el coito: "Es una dimensión del ser humano que nace y muere con nosotros, nunca desaparece, y en cada fase o edad vamos a vivirla de forma diferente". De ahí que las vivencias infantiles sean fundamentales en el desarrollo posterior de la persona. "Nuestras primeras experiencias quedan grabadas en nuestro inconsciente desde el minuto uno". Un vínculo afectivo seguro con los cuidadores hace del niño un futuro adulto "empático, con capacidad de negociar, de respetar, con confianza, diálogo reflexivo, autoestima, apoyo y cuidado sensible, capacidad de intimidad y de compromiso. Es la pareja ideal". En cambio, los que de niños no tuvieron cubiertas sus necesidades de afecto pueden caer incluso en el abuso sexual. "Y separan el sexo de la intimidad y del compromiso, son promiscuos. Y realmente muchas veces cuando venimos de un apego muy inseguro tenemos miedo a la intimidad, a mostrarnos, porque hay miedo a un rechazo, y esas personas prefieren cantidad que calidad de relaciones", indicó.

La ponente aseguró que existen "tantas formas de vivir la sexualidad como personas en el mundo", y que, en su opinión, "para llegar a la autenticidad, que es la única manera de disfrutar plenamente de nuestra sexualidad, hay que ser honestos con nosotros mismos, para estar en coherencia". En las consultas encuentra personas que acuden por "falta de deseo, baja autoestima, falta de comunicación, miedos, vergüenzas, frustraciones...".

Para tener un buen encuentro sexual, Elisa Prieto dio varias claves, como elegir libremente sin condiciones y conocer el cuerpo y las zonas erógenas. "Sabemos las típicas, las que tienen terminaciones nerviosas y dan placer inmediato. Pero toda la piel es erógena. Hay que aprender a disfrutar de todo el cuerpo", indicó. Para saber lo que a cada uno le gusta, recetó la masturbación. "Todos tenemos que conocernos", añadió.

Prieto aseguró que muchas mujeres fingen orgasmos, y al final eso es "un autoengaño". También desaconsejó aceptar cosas con las que no se disfruta. "Complacer con placer, jamás sin placer. Nadie es responsable de la felicidad de otra persona", indicó. La ponente rechazó creencias como la de "la media naranja", que equivaldría a pensar que una persona no es completa en sí misma; o la de que "todos los hombres son iguales", ya que lo que suele pasar en esos casos es que se elige reiteradamente un mismo patrón de pareja.