Una farola y un semáforo fueron los singulares testigos del alumbramiento de Jonathan Ríos Gándara, quien vio la luz en una luminosa mañana del mes de febrero. En la acera, justo al lado de la puerta de la Comisaría de la Policía Nacional y sentada a medias en el coche que la trasladaba al San Agustín y que había chocado, Raquel Gándara dio a luz asistida por dos agentes. La proximidad de la Comisaría fue providencial, ya que nada más producirse la pequeña colisión, con la madre sintiendo una opresión terrible en la ingle, los agentes movieron el vehículo y llamaron a la ambulancia, además de ayudar a la mujer. "No sé ni dónde rompí aguas, pero en casa no fue", afirma la madre, que se encuentra perfectamente junto a su criatura.