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Alumnos premiados en el concurso de literatura. Por la izquierda, primera fila: Carla Vega, María Martín, Amelia Martínez y Micaela Fernández; segunda fila: Alberto Busto, Aida Libertad Rodríguez, Sara Martínez , Cristina Vicente y Victoria Antuña; tercera fila: Alejandro Díez, Iciar Martínez, Nuria García, Daniel Albuerne y Natalia García.

Savia joven de la literatura avilesina

Los alumnos del IES Carreño Miranda premiados en el 38.º concurso literario del centro son ávidos lectores, afición que les proporciona "entretenimiento, vocabulario, gramática y desarrollo personal", según ellos mismos señalan

Ávidos lectores y apasionados escritores. Quince alumnos del instituto Carreño Miranda han resultado premiados en el concurso literario que desde hace 38 años convoca el departamento de Lengua del centro, en las modalidades de cuento, poesía, llingua asturiana y prosa. Sus trabajos son el reflejo de experiencias de juventud o sueños por cumplir, pero también de realidades que nacen fruto de la desbordante imaginación de los años jóvenes. Unos escriben desde la infancia y son veteranos en concursos y certámenes, otros debutan en el mundo literario; todos confiesan sentirse atraídos por el bolígrafo y el papel sobre el que plasmar ideas que en muchas ocasiones no ven la luz y quedan escondidas en carpetas o cajones. Son la savia joven de la literatura avilesina.

El concurso literario "IES Carreño Miranda" se falló el pasado mes de febrero y los premios se entregarán en abril, coincidiendo con la celebración en el instituto del Día del Libro y dentro de un acto en el que los jóvenes leerán fragmentos de sus textos, señala el profesor Jorge Lueje Espina. Todas las obras se publicarán en el próximo número de la revista "Texedores de lletres", que edita el departamento de Lengua Castellana y Literatura del IES avilesino y que este año coordina Natalia Menéndez. La gestión y diseño de la publicación es rotatoria; cada año la asume un docente del citado departamento.

Sobre la implicación de los alumnos en el certamen da buena cuenta Lueje, que resalta el alto nivel de participación de este curso. "Hay chavales que no cuentas con ellos para el concurso porque no son brillantes académicamente, pero son creativos", indica al tiempo que apunta que el mayor volumen de participantes se decantó por la prosa. No obstante, dos de los galardonados lo son en prosa y poesía: Sara Martínez Varela, de cuarto de Secundaria, e Iciar Martínez García, del ciclo formativo de Educación Infantil.

Tanto ellas como el resto de sus compañeros seleccionados -en una aplastante mayoría, mujeres-, se manifiestan grandes defensores de la lectura y encuentran en esta afición "entretenimiento, vocabulario, gramática, conocimiento y desarrollo personal". Por ello se sorprenden cuando oyen decir que leer "es un rollo". "A quien no le gusta es que no ha encontrado aún el libro adecuado", asegura Amelia Martínez Rodríguez, que a sus trece años escribe sobre la violencia de género "porque me inspira".

Si un libro les engancha, lo leen varias veces, caso de Cristina Vicente Porres y "El Perfume". "Lo leí cuatro veces, la primera a los once años. Y también vi la película", señala esta consumidora de casi todo lo que cae en sus manos -clásicos, terror, suspense, fantasía- excepto novela juvenil.

Los relatos fantásticos atrapan la atención de la población joven. María Martín Baña es un ejemplo de la atracción que despierta este género. "Me gustan, aunque también mezclo fantasía y realidad", asegura la alumna de trece años que escribe en el ordenador, con ayuda del programa "Word". El resto, por el contrario, se decanta por el papel y disfruta "verlo lleno de tachones". Un aspecto en común a casi todos es la protección que ejercen sobre sus creaciones. "No me supervisan lo que escribo", confirma Micaela Fernández Méndez. Daniel Albuerne Acedo, por su parte, reconoce mostrarlos a sus padres. Escribe en asturiano y fue su profesor de Llingua el que le animó a presentarse al concurso.

Si bien han nacido en plena era digital, estos estudiantes, salvo excepciones, se mantienen fieles al papel; quieren tocarlo y sentirlo. "No tiene comparación", dicen al unísono para agradecer los regalos que reciben en forma de libro. "A través de ellos descubres géneros a los que a lo mejor no te acercarías", concluyen citando algunos de los títulos que están o han estado recientemente sobre sus mesitas de noche: "Si no despierto", de Lauren Oliver; "El diario de Greg", de Jeff Kinney, o "Entre tonos de gris", de Ruta Sepetys.

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