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Soto del Barco le da vueltas al Universo

El colegio Gloria Rodríguez desarrolla un novedoso proyecto sobre el cosmos: cada clase es un planeta, y la biblioteca, el Sol "sobre el que gira la vida del centro"

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Reportaje en el colegio de Soto del Barco

El colegio público Gloria Rodríguez, de Soto del Barco, está inmerso en un viaje cósmico desde comienzos de curso, cuando puso en marcha el proyecto "Navegando por el espacio", que se extiende por todas las áreas formativas y se prolongará hasta el mes de junio. Para ahondar más en esta aventura por el Universo, las jornadas culturales que celebra esta semana el centro, con 132 alumnos, están centradas igualmente en el sistema planetario.

Para vivir de lleno "esta hazaña", el colegio ha cambiado su estética habitual y prácticamente todos los espacios están ambientados con elementos referidos a los planetas. El vestíbulo y los pasillos acogen maquetas, reproducciones de planetas, cohetes y cuentos, entre otros muchos objetos, que han sido ideados y fabricados por los estudiantes y sus familias. Ejemplos de la imaginación que han derrochado los autores de estos trabajos son algunas de las piezas expuestas, como la reproducción de la huella que dejó el primer hombre que pisó la luna o la representación de la película francesa muda "Un viaje a la luna", indica Elia Navarro, directora desde hace nueve años del colegio de Soto del Barco y una de las 17 docentes que tiene el centro.

Asimismo, cada una de las ocho aulas del edificio se ha convertido en un planeta (Urano, Saturno, Júpiter, Mercurio, Venus, Tierra, Marte y Neptuno), algo que queda de manifiesto a la entrada de las mismas, ya que las puertas están profusamente decoradas con aspectos que los distinguen. "Los alumnos explican las características del planeta sobre el que han investigado a los de otros cursos para que todos se familiaricen con los ocho sobre los que estamos trabajamos", relata Elia Navarro.

La biblioteca, por su parte, se ha convertido en el Sol. "Todo gira en torno a él. Es utilizada por la totalidad de los alumnos. Vienen a leer, a buscar información o a solicitar un préstamo. Está abierta en el recreo y también celebramos aquí talleres", apunta la directora, para añadir cómo el equipo docente se vuelca en este recurso. "Gastamos bastante en libros y también recibimos muchas donaciones", afirma.

Los conocimientos sobre el espacio que están adquiriendo los estudiantes del Gloria Rodríguez sorprende a cuantas personas ajenas al colegio acuden a las dependencias educativas y comprueban que hablan con soltura de las peculiaridades de uno u otro planeta. Así lo demostró públicamente Raúl Corrales, de quinto de Primaria, y amplio conocedor, al igual que sus compañeros de clase, de Urano.

Pero, además de conocimientos, los estudiantes de Soto del Barco destacan por su ejemplar comportamiento. De ello da buena cuenta la profesora Carmen Solís, que reconoce la excelente conducta y actitud de unos jóvenes que a la vida diaria en el aula suman un amplio programa de actividades extraescolares: kárate, baile, pintura, robótica, yoga o teatro.

El comedor escolar es otro espacio de formación y educación en el colegio. A él accede diariamente más de la mitad de los alumnos, que estos días cuentan con menús espaciales gracias a las buenas manos y al ingenio de las cocineras Elsa Mera y Ana María Ardura. Para estimular el apetito de los pequeños han elaborado originales propuestas en las que están presentes elementos de las jornadas, desde astronautas a planetas pasando por cohetes.

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