Dicen familiares y amigos que Daniel Darío Capellán Castillo era un hombre muy cariñoso y familiar, que "estaba siempre pendiente de las mujeres de la familia". No quería que las de su sangre anduvieran con malas compañías, que acabaran con un "quinqui" o con mala gente. Era de los que no cejaba en besos y abrazos. Cosas de la vida, fue precisamente la pareja de una de sus hermanas, también de origen dominicano, quien le segó la vida a los 44 años de una puñalada en el corazón. "Siempre defendía a las mujeres de la familia y acabó muriendo por una", comentaban ayer sus familiares en el velatorio.

Capellán, uno de los primeros dominicanos que se asentó en Avilés en la década de 1990, era el único varón de cuatro hermanos. De sus tres hermanas, una reside en Canadá, otra en Avilés y la tercera en Bélgica, país al que se trasladó desde Asturias hace una temporada en busca de trabajo. El fundador de la Asociación de Dominicanos de Avilés, ya extinta, deja huérfanos a seis hijos, tres de ellos menores de edad.

En Avilés, ciudad a la que llegó con solo 25 años, "era un chaval muy querido". Primero vivió en Versalles, barrio en el que regentó un bar, y con los años se pasó al mundo de las relaciones públicas y del espectáculo, a la promoción de montajes de baile, de conciertos. "Lo conocía todo el mundo y él adoraba a su familia. Estaba constantemente pendiente de sus hermanas, cuidando de con quien se juntaban", explicó ayer este periódico uno de sus familiares.

Sus restos mortales llegaron pasado el mediodía a la sala de velatorios del cementerio municipal de La Carriona, procedentes del Instituto de Medicina Legal, donde se realizó la autopsia al cadáver el mismo día del crimen. Según las fuentes consultadas, las primeras conclusiones confirman que la causa de la muerte fue una puñalada en el corazón, lo que se conoce como "una herida mortal de necesidad"; esto es, la herida era tan grave que ni siquiera una intervención médica inmediata podría haber salvado la vida de Daniel Capellán. La pelea que desencadenó la tragedia fue cuestión de unos pocos minutos y la cuchillada al corazón resultó fatal.

Que Daniel Capellán era muy querido quedó constatado en el multitudinario velatorio de ayer en La Carriona. "No vi cosa igual, no paró de pasar gente y gente durante todo el día. Por algo será", apuntó un familiar. Hasta Avilés se trasladaron incluso amigos del finado que residen en otras ciudades de Asturias e incluso en países extranjeros, como Francia. "La familia era lo más importante para él, no soportaba que hubieran pegado a su hermana. Dani no era un quinqui, era un buen tipo", añadió.

El funeral por Capellán se celebrará a las cuatro de esta tarde en la iglesia de Santo Tomás de Cantorbery, en Sabugo, no muy lejos de su hogar, en el mismo barrio en el que residió en los últimos años tras su paso por Versalles. Se prevé multitudinario, tanto o más que el velatorio de ayer en La Carriona. A continuación, sus retos regresarán al cementerio municipal avilesino, donde recibirán sepultura.

El anterior crimen registrado en Avilés fue el de Ascensión (Susi) Amores, en enero de 2016. En menos de un mes se juzgará a su marido por presunto asesinato.