El pastelero Julio Pardo se sienta a partir del lunes en el banquillo de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, casi dos años después de matar a golpes en un piso del Carbayedo a su mujer, Ascensión (Susi) Amores. El crimen, perpetrado el 26 de enero de 2016, causó una gran conmoción en Avilés y en el resto de Asturias, no sólo por la crueldad sino porque tanto la víctima como su presunto asesino eran muy conocidos como responsables de una confitería ubicada en la calle Fernández Balsera. El estupor se incrementó a medida que se fueron conociendo los detalles del suceso, por la saña que supuestamente guió al autor. Pardo acabó con su mujer a golpes y convivió durante casi dos días junto al cadáver.

Un jurado popular será el encargado de juzgar al confitero, que se enfrenta a cuatro acusaciones: las de la Fiscalía, la familia de la víctima, la Asociación Abogadas por la Igualdad y la Abogacía del Estado. Piden para él la pena máxima de cárcel que recoge el Código Penal, 25 años de prisión, y el destierro de Asturias durante un mínimo de diez años.

Las acusaciones sostienen que Julio Pardo mató a golpes a su esposa en la madrugada del 26 de enero de 2016, en el piso del Carbayedo en el que convivían, con el objetivo de "causarle la muerte", un crimen que cometió "de manera consciente y deliberada" y, además, provocando a la víctima un "extraordinario y desmedido dolor". Utilizó supuestamente para ello una llave inglesa. La pareja había salido aquella noche a cenar a un restaurante de la calle San Francisco aprovechando que el día siguiente su negocio permanecería cerrado por descanso. No ha vuelto a abrir sus puertas.

Julio Pardo sostiene que "no recuerda" haber matado a Susi Amores, que cometió el crimen completamente borracho y bajo los efectos de pastillas y su abogado solicitará la libre absolución. El letrado que ejerce su defensa, Félix Guisasola, defiende que su cliente cometió un delito de homicidio, pero pide que se aplique la eximente completa de intoxicación plena.

La defensa reconoce que no hay duda de que Julio Pardo mató a su mujer (estaba en la vivienda cuando las fuerzas de seguridad descubrieron el cadáver), pero alega que el pastelero estaba prácticamente inconsciente por el consumo de alcohol y pastillas.