Los golpes que sufrió la semana pasada el excuponero Aladino López a manos de un joven de 18 años en Piedras Blancas fueron de tal gravedad que lo dejaron "irreconocible". El hombre lucha por su vida en una cama del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) bajo un coma inducido. Según fuentes cercanas a la investigación, el agresor -que responde a las iniciales A. G. G. y que, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA ayer, está ya en prisión- le reventó "todos los huesos de la cara" a López y después le dejó tirado a unos pocos metros de una panadería de la calle de Pablo Iglesias de la capital de Castrillón. Estuvo tres días en busca y captura.

Ambos habían accedido a ese comercio para reponer fuerzas después de una larga madrugada de farra por la localidad, en torno las cinco de la mañana. Junto al herido inconsciente, los agentes de la Policía Local sólo encontraron los restos de un bollo mordisqueado. Los golpes propinados por A. G. G. contra el conocido excuponero comenzaron, según relató el gerente de la panadería a los investigadores, en la misma puerta de su local. La razón se investiga.

Un testigo señaló ayer que el joven tiene fama de "broncas" en la zona y que su víctima es un fijo en los bares de copas de Piedras Blancas. La mecha que encendió la bestial paliza es lo que trata de dilucidar la Guardia Civil, que es el cuerpo de seguridad que escoltó a A. G. G. el sábado a la puerta de los juzgados avilesinos. El agresor durmió la noche de Reyes Magos en la cárcel.

El presunto autor de la agresión huyó vestido con un plumas de color gris. Los agentes de la Policía Local y de la Guardia Civil de Piedras Blancas lo buscaron únicamente con la descripción aportada por el panadero. A su puerta sucedió todo a mucha velocidad. La Benemérita, en calidad de policía judicial, analizó las cámaras de control de tráfico de la calle de Pablo Iglesias. Pero el presunto autor aparecía siempre de espaldas al objetivo. No sucedió así en otras cámaras de calles cercanas.

En la madrugada en que todo sucedió -la del día 3-, los agentes sólo encontraron a trabajadores a punto de ir a trabajar, comiendo un bocadillo como desayuno. Los restos de la juerga empezaban a recogerse. Aladino López y A. G. G. entraron en la panadería juntos. Los dos son conocidos en Piedras Blancas. Mucho. El excuponero que está en coma por vender la suerte y por su aspecto físico: es cojo y de poca estatura.

La familia de López procede de la localidad castrillonense de San Adriano. En ese lugar se criaron, junto a la madre, los cuatro hermanos y él mismo. Uno de sus hermanos -Roberto López, ya fallecido- tuvo su momento de fama en Castrillón a finales de los años noventa. Participó en "El semáforo", un programa de Televisión Española producido por el legendario Chicho Ibáñez Serrador que trataba de dar una oportunidad al ingenio artístico. Roberto López, que trabajaba en el servicio de limpieza del Ayuntamiento, cantaba rancheras. Por eso, se ganó el apodo de "Jalisco".

El excuponero nació en mayo de 1960. Sufre una minusvalía que le permitió entrar a trabajar en la Once, donde estuvo mucho tiempo recorriendo todo el concejo: desde Raíces al aeropuerto. Le dio para comprar un piso en Piedras Blancas, del que finalmente fue desahuciado al poco de ser despedido. El carácter del exvendedor de la suerte es "agrio", según varios vecinos de la localidad castrillonense. "Pese a ello, es un hombre querido y que conoce a mucha gente", añaden. La noche que acabó en coma había empezado horas atrás en su cafetería de siempre y había pedido una cerveza. Acabó con una paliza tan brutal que los médicos se vieron obligados a inducirle un coma de forma urgente.