El pastelero avilesino Julio Pardo, que mató a su mujer a golpes con una llave inglesa en la madrugada del 26 de enero de 2016 en el domicilio conyugal, ejerció su derecho a la última palabra en el juicio que se ha celebrado en la Audiencia Provincial. "A Susi la conozco desde hace mucho, casi toda la vida estuvimos juntos, los mejores años y tuvimos dificultades, como todos. Nunca le he hecho daño ni he querido hacérselo. He querido quitarme de delante. Pido perdón a la familia", ha afirmado esta mañana, en la última sesión del juicio.

Las acusaciones y la defensa han elevado a definitivas sus conclusiones provisionales al considerar que sus versiones iniciales han quedado probadas a lo largo de la vista. Es decir, la Fiscalía y el resto de acusaciones (que ejercen la familia de la víctima, la Abogacía del Estado y Abogadas para la Igualdad) han mantenido la petición de 25 años de cárcel para Julio Autor como responsable de un delito de asesinato, sin posibilidad de defensa alguna por parte de la víctima (alevosía) y causándole males innecesarios prologando su agonía y retardando el momento de la muerte (ensañamiento). "Ascensión agonizó, esa mujer sufrió mucho. La agresión fue brutal", ha insistido la fiscal Verónica Pérez Fernández.

Las acusaciones también ven probadas varias circunstancias agravadas de la pena: el parentesco (agresor y víctima son marido y mujer), el desprecio de género (concluyen que Julio Pardo tenía aislada y controlada a su mujer y que era víctima de violencia de género).

El abogado defensor mantiene que su cliente padece un trastorno mixto de personalidad no diagnosticado ("Aquí tenemos un enfermo", no un criminal", dijo el letrado Félix Guisasola) que le impiden controlarse ante situaciones de estrés y descarta la cuestión de género. Ha insistido en que su cliente mató a Susi Amores bajo una intoxicación de alcohol y pastillas, un extremo que rechazan las defensas apelando a las conclusiones de los médicos forenses. Estos declararon de forma tajante que es incompatible esa ingesta con la brutal agresión (Susi Amores recibió más de 30 golpes en la cabeza, todos bien dirigidos a zonas vitales, con fuerza e intensidad y en un cuerpo en movimiento). Guisasola pide la libre absolución de su cliente y de forma alternativa una pena máxima de 10 años de prisión por un homicidio.

El jurado se reunirá de nuevo mañana para analizar la documentación del procedimiento y su veredicto se espera para el próximo lunes.