Lo que ven "clarísimo" los forenses es que, cuando cometió el crimen, Julio Pardo no podía encontrarse bajo los efectos de la "ingesta masiva de alcohol y pastillas". El argumento: "Todos los golpes fueron bien dirigidos a zonas vitales, golpes certeros con mucha fuerza e intensidad y en un cuerpo en movimiento (...) Tal ingesta de pastillas y alcohol es incompatible con la coordinación para dar más de treinta golpes en la misma zona".

Los forenses adscritos a los juzgados de Avilés creen que el pastelero pudo haber bebido antes de los hechos (había ido a cenar a una sidrería con su mujer y supuestamente se tomaron un ron cola al llegar a casa), después siguió bebiendo "para tener la valentía de ejecutar algo planeado" y una vez cometido el crimen "toma las pastillas con ánimo de suicidarse, se acuesta y vomita", por lo que el estómago no llega a absorber la medicación. "No muere y queda en estado de inconsciencia, hasta que lo encuentran en su domicilio, unas 15 horas después", prosiguió la forense.

La facultativa cree que el crimen del pastelero puede tratarse de lo que en Medicina Legal se denomina suicidio ampliado: "Una persona tiene intención de acabar con su vida y también de que muera la persona que tiene al lado. Si ésta no está de acuerdo, se produce el homicidio y luego el suicidio. Nos parece que este es un caso. Él decide cuando debe morir su mujer, de qué forman, en qué momento y quien la va a matar". Su compañero cree que Pardo colocó un almohadón en el rostro de su mujer porque "podía seguir respirando, asegurando la muerte con la almohada". El fallecimiento, en todo caso, se produjo por un shock traumático por un traumatismo cráneoencefálico severo.

Los forenses describieron una "muerte con sufrimiento", con un "objeto contundente que no pesa mucho" (el arma homicida, la llave inglesa, medía unos 25 centímetros): "Para llegar al cráneo hay que dar con gran fuerza y mucha velocidad, algo incompatible con la relajación de los músculos" que produce el consumo de masivo de antidepresivos y ansiolíticos (hipotomía).

El juicio por el crimen de Susi Amores toca hoy a su fin en la Audiencia Provincial. Las acusaciones y la defensa expondrán sus conclusiones.