Son las 10.00 horas en una clase de Primero de la ESO en el Colegio Santo Ángel. Suenan tres pitidos de llamada digital por "Skype". Al descolgar el teléfono, el proyector del aula muestra la imagen congelada de un hombre y una mujer. El hombre contesta: "Hola, Avilés. Aquí la Antártida". La transferencia se ha completado con éxito. Durante una hora, el centro habló con el continente helado. Con el Comandante del Ejército de Tierra Antonio Donís y con Cristina García Hernández, científica avilesina, destinada al Polo Sur en la base Gabriel de Castilla, en la Isla Decepción, una de las dos que España tiene en el Polo Sur.

Su charla fue tan amena como instructiva. García centró la exposición, dibujando una semblanza seria. "Si el cambio climático sigue avanzando a este ritmo, el mar se tragará el Parque del Muelle". Las previsiones que maneja son desde luego poco alentadoras. "No podemos olvidar que gran parte de la comarca de Avilés era en su origen unas marismas. Al ritmo que vamos, lo pasaremos peor que otras partes de Asturias con más acantilados", dijo. La científica se encargó de dejar bien claro que "los efectos del calentamiento global ya los estamos viendo. Por ejemplo, en zonas como Cudillero, las subidas del mar cada vez son más duras". Eso sí, no tira la toalla. "Por eso, estoy aquí, para poner mi granito de arena", expuso ante una clase repleta de jóvenes estudiantes que apenas pestañeaban.

Cristina García trabaja desde hace unos años en la Base Gabriel Castilla, codo con codo con otros 19 españoles. Junto con el Comandante Antonio Donís, repasó su día a día a 13.600 kilómetros de lo que antaño fue su antiguo colegio, el Santo Ángel. Donís se centró en los aspectos militares de la misión. "Llegar hasta aquí no es fácil. Hay que atravesar el Mar de Hoces, uno de los más bravos del Planeta. En invierno, las temperaturas son mortales, de hasta menos 87 grados bajo cero. Afortunadamente, ahora estamos en verano y sólo hay menos un grado", comentó.

Donís mostró el enclave español en la Antártida. Con una serie de fotos, los pequeños se pudieron hacer una idea de lo que es la base, apenas unos cuantos barracones, parecidos a los contenedores de una fábrica, varios refugios especiales para el invierno y depósitos de agua. El emplazamiento está cerca de una playa de arena negra. La isla Decepción, con forma de herradura, es de origen volcánico. "Afortunadamente, no hay previsión de una erupción próximamente", matizaron los dos expertos.

Cristina García aprovechó la coincidencia con el Día Internacional de la Mujer para animar a las chicas de la clase a interesarse por la ciencia. "De las 20 personas que estamos en la base Gabriel y Castilla sólo hay 5 mujeres. Y de los 5 proyectos españoles aquí, sólo uno lo dirige una mujer". Hasta en la Antártida hay desigualdades.

El día a día en la base antártica también ocupó tiempo de la charla. Al parecer, Isla Decepción no destaca por tener una gran oferta de ocio. "Nos entretenemos jugando al futbolín que tenemos en la base. Hay algunos que se dedican a jugar al ajedrez. Gestionamos el tiempo de la mejor manera para hablar con la familia, porque aquí la diferencia horaria es grande y hay que organizarse bien", comentaron ambos mientras desvelaban que en su franja horaria eran las seis de la mañana. Por eso su trabajo ocupa gran parte de su tiempo. Así han podido aprender que la Antártida es un continente con muchas peculiaridades. "En invierno, duplica su tamaño por el hielo. Sin embargo, a lo largo de todo el año, la media de precipitaciones es más baja que en Sáhara, por ello le dicen el desierto helado", explicó Donís en una argumentación que no valió para convencer a Adrián Lozano ni a Cristian Martínez, que aunque impresionados por la carrera científica y militar de los dos protagonistas lo tenían bien claro: "Mola mucho, pero no iríamos tan lejos".