Avilés cuenta con una gran afición a los coros y ayer se volvió a demostrar en el auditorio de la Casa de Cultura con un patio de butacas que casi rozó el lleno total. La ocasión era ideal para los amantes de la música vocal ya que pudieron admirar a seis agrupaciones de nivel, cinco de Avilés y una gallega, la Rondalla de Cariño (Coruña). Sobre el escenario, cuidadas voces y entre el público, aplausos y más aplausos.

Los encargados de abrir la II Edición del Festival de Masas Corales fueron las voces mixtas del grupo dirigido por Fran Carreño, "Contracanto". El coro formado por 25 personas comenzaron su espectáculo de cuatro canciones con un tema popular argentino, "Dos palomitas" seguido de "Pokarekare Ana", una canción de origen maorí. Las dulces gargantas de esa coral avilesina interpretaron después uno de los himnos del soul, "Killing Me Softly With His Song", y se despidieron de las tablas del auditorio con "Hallelujah", una adaptación de Leonard Cohen. Entre cada pieza y al final, retumbaban los aplausos.

Para poder elegir asiento, los avilesinos tuvieron que acudir una hora antes a la Casa de Cultura y así poder adquirir la entrada, que costó cinco euros. Tal aglomeración de aficionados a la música coral generó colas, eso sí, ordenadas.

Tras "Contracanto", los únicos representantes de fuera de Avilés, los gallegos de la "Rondalla de Cariño" se subieron a las tablas. Ataviados con capas, guitarras, laúdes y voces, este grupo también conquistó a los avilesinos. Los 42 componentes del coro coruñés se tomaron su tiempo para colocarse sobre el escenario, labor que no fue sencilla. La primera canción que salió de sus cuidadas gargantas fue "Negro José", una pieza con clara influencia andina. Ya con el público entregado, los gallegos se coronaron con "Se chove", una pieza original del grupo "Treixadura", que dio paso después a "A mis amigos" y "Viento del Norte" que la canción elegida para finalizar la actuación el coro dirigido por Marisa Novo.

La música coral demostró ayer una vez más su carácter camaleónico, capaz de adaptarse a diferentes estilos y todos de género popular como baladas, habaneras y folclore asturiano, entre otras piezas. Tras la actuación de las dos primeras agrupaciones, el escenario se tornó de nuevo avilesino al cien por cien y uno a uno el público disfrutó con las voces del coro del Casino de Villalegre, el coro mixto del Conservatorio Julián Orbón y "Amigos de Miranda", todo antes de escuchar al colectivo organizador, la Coral avilesina que fue la encargada de despedir el multitudinario concierto de la Casa de Cultura con David Pérez Fernández, a la batuta.

El dinero obtenido con las entradas servirá para recuperar una de las joyas del patrimonio histórico de la ciudad, la iglesia de San Nicolás de Bari situada a pocos metros del edificio que ayer vibró a cuenta del poderío de las voces de los avilesinos, que mantienen viva una tradición centenaria y que se ha sabido adaptar a los tiempos. Al final, muchos más aplausos.