El fotógrafo José Manuel Ballester (Madrid, 1960) inaugura mañana viernes (17.00 horas) en el "foyer" del auditorio del Niemeyer la exposición "Fervor de metrópoli", el resumen en imágenes de los hitos arquitectónicos que descubrió, en compañía del crítico de arte Juan Manuel Bonet, en su estancia en la localidad brasileña de Sâo Paulo. Atiende a LA NUEVA ESPAÑA por teléfono.
- Parece que presenta la tormenta perfecta.
-Niemeyer dentro del Niemeyer. Sí, sí. La ocasión que me brindan en Avilés es especial. La exposición recoge ejemplos arquitectónicos de la ciudad brasileña y, desde luego, el protagonismo lo cobra el Oscar Niemeyer.
- ¿Ya conocía el centro?
-Sí, estuve varias veces, sobre todo en su período de construcción. Durante un año o así viajé a Avilés. Algunas de las fotos que hice están en la muestra.
- ¿Y qué tenía Niemeyer?
-Fue, de alguna forma, un poeta que en vez de escribir con palabras, lo hizo con hormigón. Le dio otra materialidad. El horigón, en cierta manera, es espeso, amargo.
- Siempre mencionó la influencia de las mujeres en su obra.
-Sí, desde luego. Dijo que las curvas de sus edificios de Río de Janeiro vienen de las de las mujeres. Lo importante es que supo innovar la arquitectura. Miró el pasado más prehistórico -las cabañas de los aborígenes de la Amazonía- y a las naves espaciales. Eso es lo que me interesa de su obra, que es capaz de cerrar el círculo, de crear un punto de encuentro entre el pasado y el futuro y hacer que las dos partes de la historia conversen.
- Usted es también pintor.
-Sí.
- ¿Y cómo lleva eso con la fotografía?
-Lo llevo muy bien. Recuerdo que cuando empecé en esto había una cierta bipolaridad entre pintura y fotografía, que los pintores hacían un arte mayor y los fotógrafos no. Lo que creo es que la tecnología ha avanzado de tal modo que te permite trabajar perfectamente tanto con la fotografía como una disciplina creativa. La fotografía manipula la realidad, pero eso no es de ahora. La fotografía es ficción, pero la ficción más convincente. La fotografía, tal y como la entiendo, es una ficción que sólo refleja al que la mira. Hace tiempo que la fotografía está en le club de los grandes.
- ¿Cómo trabaja?
-La fotografía digital es tan rica que te pide la intervención. Si no utilizas la capacidad que aporta es como si negases la realidad de un continente recién descubierto. Como le decía antes, el retoque no se ha inventado ayer, lo que ha sucedido ahora es que se ha desarrollado de una manera infinita. Si utilizas la fotografía digital lo que logras es conducir por una autopista. Luego hay carreteras y caminos.
- No le he preguntado lo que le parece el espacio en el que va a exponer.
-Hace como un mes volví a Avilés para verlo. He de decir que el equipo que me encontré es superprofesional.
