José Manuel Ballester es uno de los fotógrafos artísticos más destacados del momento. Prueba de ello es el Premio Nacional de Fotografía de 2010, pero también la exposición "Fervor de Metrópoli", que se inauguró ayer en el "foyer" del auditorio del Centro Niemeyer y que estará colgada hasta el próximo 30 de septiembre. "Esto es una suerte de Niemeyer dentro del Niemeyer", señaló el artista cuando tomó la palabra.

"Niemeyer, el arquitecto, es el eje principal de la exposición: sus trabajos en la ciudad de São Paulo, pero no sólo", señaló el crítico de arte y director del Instituto Cervantes, el escritor Juan Manuel Bonet y es que Bonet fue la persona que sirvió de guía a Ballester. "Tres cumpleaños míos los celebramos en São Paulo", recalcó el creador.

António Simões, el Embajador de Brasil en España, fue el responsable de que la exposición de Ballester esté en Avilés. "São Paulo es un monstruo, no es una ciudad fácil, no es una ciudad bonita, pero sí tiene cosas bonitas", destacó el legado. "No tenía vacaciones en el pueblo. Las mías eran en São Paulo. Mi tía me ayudó a descubrirla", añadió Simôes. Ballester compone una ciudad "como un alma", destacó Vicente Domínguez, el viceconsejero de Cultura, que esta vez no mencionó a ningún filósofo griego. Carlos Cuadros, el director del Niemeyer, destacó la "saudade" (morriña) que le producían las fotos que desnudan al "monstruo" de 21 millones de habitantes. Y es que Cuadros, durante una temporada, vivió en Brasil.

La alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, destacó la naturaleza "americana" del concejo. Habló de las relaciones con Norteamérica a través de San Agustín "una ciudad que fundó un avilesino"; con el Caribe, con Cárdenas y los indianos. "Y también con Brasil porque nosotros somos la puerta de entrada de Brasil en Europa y este Niemeyer es una pequeña embajada", concluyó.