Los talleres de teatro municipales acaban de terminar un curso cargado de proyectos, pero, sobre todo, de mucho aprendizaje. "Aprendemos cada día. Se lo recomiendo a todo el mundo, porque hay a gente que le cambia la vida. He visto llegar a personas que son tímidas, reservadas y subirse al escenario y llenarlo", afirmó Jesús Manuel Arias. Los talleres se dividen en tres grupos, dos de niños y jóvenes, que ensayan en la biblioteca de Los Campos, y otro de adultos, que lo hacen en el centro social de Las Vegas.
Jesús Arias lleva tres años en el grupo de adultos y llegó de la forma más espontánea. "Fui a ver a una amiga de Villaviciosa actuar y me picó el gusanillo. Justo dos semanas después vi el anuncio del grupo de teatro y me lancé", explica. Es uno de los dos hombres que integran una agrupación con una treintena de mujeres. "A ellas les toca hacer mucho de hombres. Si no, quedaría un poco raro", comenta el actor con una sonrisa. Para Conchi Iglesias, otra de las integrantes del grupo, la cosa empezó antes: "Desde pequeña me ponía delante de un espejo a hacer mi espectáculo y en el instituto iba contando chistes en el autobús. Me encanta hacer reír a la gente. Descubrí hace cuatro años el grupo, es una pena que no lo hiciera antes, porque la primera vez que subí al escenario supe que era lo mío".
El grupo de adultos tiene a Adolfo Camilo, responsable de cultura del Ayuntamiento, como director, pero deja mucho aire a sus actores y actrices para que hagan sus proyectos. "Incluso escribimos algunas piezas nosotros. Él nos guía y nos ayuda a interpretar, pero también nos deja conocer los entresijos del teatro desde diferentes visiones", explica Jesús Arias. También tocan diferentes "palos", incluso el musical, algo que le encanta a Conchi Iglesias: "Creo que incluso me gusta más bailar que interpretar y resulta que también cantar, algo que no me esperaba".
Es difícil compaginar horarios, cada uno tiene su vida y entre 31 actores hay muchas circunstancias diferentes. "Una vez tuvimos una obra en la que la mujer que hacía el personaje que era pareja del mío y yo nos vimos una sola vez para ensayar. Estuvimos preparando la obra con diferentes compañeros, para luego juntarnos en el escenario", comenta el actor. Con todo, son una piña y cuando pueden se ven también fuera del centro social de Las Vegas. "Anda que no hemos tomado cafés", señala entre risas Iglesias.
David del Rivero se encarga de dirigir los dos grupos de los talleres infantiles y explica que los ensayos son muy intensos. "Empezamos con una dinámica de grupo para entrar en la clase, pero en seguida nos metemos en la obra. Cada trimestre hacemos una diferente", señala. El grupo es para niños 5 a 9 años y el de adolescentes de los 10 a los 15, y entre los dos suman una veintena de actores y actrices de futuro.
"Para ser tan pequeños, se les ve con responsabilidad, con ganas. Con los más pequeños lo que trabajamos es que quiten la vergüenza, darles herramientas para que aprendan a hablar en público y, sobre todo, que se diviertan, que lo disfruten para engancharse al teatro", explica. Con los adolescentes ya es otra cosa: "Los mayores ya tienen dominado el escenario, saben que quieren hacer, proponen cosas... Se lo pasan muy bien, lo disfrutan. Están muy enganchados y me encanta verlos así". Por eso quiere embarcarse en nuevos retos para el próximo curso. "Solemos hacer obras cómicas, pero estamos empezamos a meter algo más dramático, para que se vayan acostumbrando a hacer de todo", señala.
