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Una saga de heladeros de Avilés que endulza y refresca la vida

La familia Guillén regenta desde hace casi un siglo un negocio heladero, que ahora recibe un galardón de los Gastrónomos del Yumay

Román y Antonio Guillén, ayer, delante de su heladería de la calle Rivero. RICARDO SOLÍS

Antonio Guillén Nomdedeu llegó a Avilés hace 92 años para endulzar la vida de la ciudad. Lo hizo desde su pueblo natal, Ibi (Alicante), y tras aprender el oficio de otro vecino de la localidad, que le dejaba los utensilios y con el que en sus inicios tenía que compartir, al 50 por ciento, los beneficios de su nueva actividad: la de heladero. Guillén Nomdedeu se convirtió así, casi sin quererlo, en la primera generación de "Helados Los Valencianos", una empresa familiar que recibirá el próximo 24 de julio, la distinción "Cofrade Gastrónomo de Mérito" que concede Gastrónomos del Yumay.

"Él siempre decía que todos sus bienes eran 12 pesetas y una garrafita de helado. En Avilés empezó en la calle Llano Ponte y de ahí a Rivero -ahora también tienen en La Cámara, Doctor Graíño y Pedro Menéndez y otra más en Mieres-. Fabricaba y vendía el helado él mismo. Iba con un carro por las fiestas de prao de San Juan, Trasona, Los Campos, Santa María del Mar... a las que llegaba caminando tirando de él. Trabajaron muchísimo", asegura Antonio Guillén, tercera generación de heladeros por parte de padre, también llamado Antonio, y cuarta por parte de su madre, Laura Santonja.

De los pequeños kioscos y las playas el negocio saltó al reparto al por mayor que introdujo la segunda generación de los Guillén: Antonio y Fernando Guillén. "Ellos fueron los que hicieron que la empresa fuera más grande. Empezaron a hacer reparto al por mayor por bares, restaurantes... Diversificaron. Compraron una furgoneta y empezaron a vender en fiestas; dentro llevaban los carritos", explicó Guillén, que ya está cerca de dar el relevo a la cuarta generación, su hijo Román.

A lo largo de estos casi cien años se pasó de ofrecer siete sabores -mantecado, chocolate, nata, fresa, limón, turrón y avellana- hasta los 96 que "Helados Los Valencianos" tiene en el menú. "Se puede hacer helado de cualquier cosa: salmón, fabada, chorizo, oricios... pero eso no tiene venta ,sólo llama la atención. Lo dulce es lo más ligado al helado", abundó. Su novedad para este año: sabor de mascarpone.

Guillén reconoce que el futuro de la heladería es incierto, sobre todo por la competencia de las grandes superficies "que tiran el producto de precio". "Nosotros podemos competir por la calidad. Y de ahí que el futuro pase por la especialización y la artesanía en la producción", apunta. Su hijo Román ya le está dando vueltas a nuevas ideas de negocio, como hacer ellos mismos los barquillos. Mientras tanto, sus helados de cucurucho seguirán endulzando y refrescando los paseos por la ciudad.

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