La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

CARMELO GÓMEZ | Actor, protagoniza "Todas las noches de un día"

"Ahora los actores tienen que trabajar en series, bautizos y comuniones"

"Cuando estoy delante de los espectadores me sumerjo: hay que sudar todas las noches, por eso es imprescindible un texto con sustancia"

Carmelo Gómez, en una imagen de archivo. J. R. SILVEIRA

El actor Carmelo Gómez (Sahagún, León, 1962) protagoniza esta noche (21.00 horas) en el teatro Palacio Valdés de Avilés "Todas las noches de un día", un drama escrito por Alberto Conejero, uno de los escritores de teatro de mayor proyección del momento (tiene un "Max" por su anterior éxito: "La piedra oscura"). Pero la noticia no es así de sencilla: el trabajo que se presenta en Avilés supone el regreso de Gómez a la escena teatral, lugares que no frecuenta, pero cuando lo hace, lo hace dejando huella. Pasó, por ejemplo, con "La cena" o, anteriormente, con una nueva versión de "La gata sobre el tejado de cinc", un espectáculo en el que sobresalió junto a Aitana Sánchez-Gijón. Conversa de todo esto con LA NUEVA ESPAÑA por teléfono.

- ¿Qué hace un chico como usted de vuelta en el teatro?

-Sí, hace tiempo ya de la última vez.

- ¿Y qué ha pasado?

-Son cosas de las teleseries. Resulta que Televisión Española se ha metido en la misma ola que las "antenas treses" y "telescinco". Te llaman, hablan de ti, tienes que hacer pruebas porque dicen que las cosas son así. Y las haces. Y cuando las haces no te llaman. Porque llaman a los demás, a los de siempre.

- Vaya.

-No cuentan contigo. Ni en las series de diario, ni tampoco en esas de reyes. Todo ha cambiado: te tienes que plegar a las televisiones porque, encima, el cine se plega a lo que las teles quieren.

- O sea, que está relegado.

-Me he relegado en cuanto Televisión Española empezó a hacer lo mismo que las otras teles. Haces cuatro pruebas, pero son un pretexto. La última que hice fue la del accidente del Spainair. Era el inspector. No fue bien porque trabajamos cuando todo se estaba investigando. No había salido ni el juicio, ni, por supuesto, había sentencia. Los guiones cambiaban cada día. No había manera.

- El caso es que desde "La cena"...

-Después de aquello, estuve en Avilés con "Días de vino y rosas", ¿no?

- Sí, es cierto.

-El caso es que han pasado nueve años.

- ¿Y por qué ahora "Todas las noches del día"?

-No le voy a engañar: buscaba un texto. Acababa de salir del Clásico y sabía que no iba a volver. Llamé en la puerta de Pentación y pedí una obra chiquitita que pudiera tener una gira grande. Y así lo pedí porque, como le dije, ya no hago series y buscaba tener trabajo durante año o año y medio. No lo encontrábamos hasta que hablamos con Luis Luque, el director. Dijo que tenía esto de Alberto Conejero. Éramos sólo dos actores, tenía un montaje sencillo, muy práctico, con cuatro cosas.

- Es decir, un presupuesto corto.

-Eso es. Dos personajes y una propuesta estética clara. Habla del apartamiento de la sociedad, de la inclusión en el mundo vegetal, en un invernadero. Y todo esto con una forma de "thriller" y desde un punto de vista muy poético, contemporáneo. La verdad es que la obra es muy bonita.

- ¿Y qué hace Pentación metiéndose en lares tan poco comerciales?

-Pentación es la empresa de teatro más destacada del momento. La idea comercial ha ido creciendo mucho. Aceptó la producción cuando Ana Torrent dijo allí voy. Ella, Luque y Conejero. Con todo esto se lanzó diciendo eso de que si sale con barba, San Antón. Además, tampoco le supone mucho gasto: nos pagan cuando hay función. Si no la hay, no cobras. Pienso que esta obra es del tipo que devuelve el prestigio de cuando Pentación comenzaba, algo ajeno a la comedia comercial.

- Y, al final, todo salió.

-Pero no fue fácil. Mira, dijimos vamos a estar un año dando vueltas y luego tendremos temporada en Madrid y en Barcelona. En total, un año largo de trabajo. Pero para llegar ahí hay que leer y buscar mucho. Y eso es complicado. Cuando dimos con él, estrenamos muy rápido. Cuando trabajo delante de los espectadores me sumerjo. Hay que sudar todas las noches. Por eso es imprescindible tener un texto con sustancia.

- ¿Es buena vida la de los actores?

-Verás, estrenamos en enero y de entonces a acá hemos hecho doce bolos.

- ¿Sólo?

-Solo. Así no se puede vivir. No tengo el colchón de la serie. No puedo vivir así, con la ruina delante. Menos mal que tenemos el mes de septiembre con algunas fechas más. Los programadores dicen que los espectadores no van al teatro los días de diario, así que dejan el teatro para los fines de semanas. Y tú no puedes replicar porque es mejor moverte un día, aunque tengas sólo un día de trabajo.

- Menudo panorama.

-Ahora los actores tienen que trabajar en series, bautizos y comuniones. Se acabó lo de hacer ascos a cualquier trabajo. Desde que dejé el audiovisual mi poder adsquisitivo ha descendido. Por eso, hay que buscar otras alternativas. Por eso, me estoy metiendo por la docencia, que es algo que me satisface mucho. También por la dirección.

- ¿Con qué personaje se queda?

-Uff, no sé. Todos son hijitos míos.

- Me acuerdo mucho de "Tu nombre envenena mis sueños".

-¿Te quedas con ese? Uff, no sé. "Días contados" me dio mucho. Y trabajar en una guerra haciendo "Territorio comanche", con los sacos terreros aún humeando, pues ni te cuento. Fíjate qué cine hacíamos entonces. "Días contados" me dio una visión cinematográfica de mi vida. Pero tampoco puedo olvidarme de Gonzalo Suárez. Muchos me hablan de "El perro del hortelano". Mira, Emma Suárez y yo tuvimos un encontronazo por una cuestión de de trabajo, nada importante. Pilar Miró nos llamó la atención: que teníamos que callarnos, que teníamos por delante otra película.

- La de "Tu no mbre envenena mis sueños", ¿no?

-Esa. Mira, ese papel me tocó mucho. De manera personal.

- Al final no hablamos de "La cena".

-Ya no hay textos como ese. Me caló mucho.

- Normal: Fouché y Talleyrand frente a frente.

-Por eso digo que no hay textos como ese. Mira, lo tengo delante de mí ahora mismo.

Compartir el artículo

stats