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Melodías contra la miseria en Indonesia

Tres intérpretes de la comarca avilesina viajan al país asiático con la Orquesta de Cámara de Siero para llevar la música a los desfavorecidos

Fernando Iglesias Llanio. M. V.

Tres intérpretes de la comarca avilesina llevan la música estos días a los sectores más desfavorecidos de Indonesia. Forman parte de la Orquesta de Cámara de Siero (Ocas) y emprenden este largo trayecto para desarrollar el proyecto Vínculos, de cooperación internacional, y que persigue la integración social y cultural a través de las notas. "Ser parte de esta iniciativa nos permite vivir experiencias que marcan por la carga social que lleva asociada, además de una oportunidad para conocer otra cultura y vivirla desde dentro", señala Naomi Suárez González, viola y profesora del colegio Salesianos.

Al igual que Fernando Iglesias Llanio y Sara Tovar Sánchez, las maletas de esta joven están ligeras de equipaje, pero repletas de ilusión para una aventura que tiene como destino Ambon, en las islas Molucas; Palu y Sulawesi, en las islas Célebes; Riau, situado a sur de Sumatra, y Jakarta, en la isla de Java.

Los tres han participado en expediciones anteriores de la formación que dirige Manuel Paz. El percusionista Fernando Llanio es el más veterano, ya que desde 2012 ha formado parte del proyecto desarrollado en Marruecos, Grecia, Portugal, Italia y República Dominicana. Asimismo, el año pasado estuvo en Indonesia y decidió repetir la estancia en el país insular tras la calurosa acogida. "Siempre tenemos muy buen recibimiento, pero lo de Indonesia fue excesivo", subraya Naomi Suárez, que también formó parte de la singular experiencia.

Ofrecer conciertos en hospitales, orfanatos, escuelas de barrios desfavorecidos, núcleos rurales aislados o prisiones, y establecer contacto con jóvenes que viven en situaciones difíciles han dejado huella en los músicos. "Nos movemos en entornos con muchas carencias, en algunos casos acudimos a lugares donde la gente no ha visto nunca una orquesta, así que flipan", comenta Sara Tovar, viola y alumna del Conservatorio Superior de Música de Oviedo. Con 27 años califica de "gratificante" llevar la música tan lejos y "ver cómo disfruta el público, sobre todo los niños".

Una vez de vuelta en casa, todos comparan las realidades que han conocido con las propias. "Pienso que aquí tenemos de todo y que en otros lugares son felices con poco", observa Sara Tovar, que participó por primera vez en el proyecto Vínculos en 2017 y que es miembro también de la Orquesta de la Universidad de Oviedo y del grupo de folk "Serenden".

Las vivencias también han calado hondo en Naomi Suárez, que viajó hace dos años a República Dominicana. "Me marcó porque vivimos historias muy duras en un barrio muy desfavorecido donde compartimos mucho tiempo con jóvenes a los que impartimos un taller, se creó con ellos un vínculo muy fuerte y la despedida fue dura; nuestra estancia supuso un cambio en sus vidas, explica la docente, que también toca en los grupos "Losone" y "Chumi Churris".

A Fernando Llanio le emociona en cada viaje "poder sembrar la semilla de la ilusión por la música". Por ello, una vez que acudió al primero "dije que contaran conmigo para futuros programas", señala este diseñador gráfico que reparte el tiempo entre el trabajo y la música, ya que además toca en el grupo "Gemtonics" de La Felguera y en el "Quilombo Bacano". Al repasar las numerosas vivencias Llanio destaca la satisfacción que le produce "conseguir que la gente con problemas tenga un momento de felicidad con la música".

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