El Principado cifró ayer en "por lo menos tres de cada cien" las ganaderías que pasan obligatoriamente las inspecciones sanitarias anuales que realizan los veterinarios de la Consejería de Medio Rural. "Los controles funcionan, pero no podemos llegar al cien por ciento de las explotaciones ganaderas. Tenemos establecido un mínimo de inspecciones de bienestar e higiene de las instalaciones de un tres por ciento de las explotaciones, la mitad de ellas en muestreos aleatorios y la otra mitad dirigidos", señaló ayer el director general de Ganadería, Ibo Álvarez, tras el descubrimiento de una granja con seis vacas y hasta 180 animales en malas condiciones higiénicas y de salud en La Menudera, en Cancienes.

Ibo Álvarez dio explicaciones sobre el caso de Cancienes: "A esta explotación no le había tocado inspección en el muestreo y los resultados de la campaña de saneamiento de 2017 -una medida de control diferente para el control de enfermedades como la tuberculosis y que realiza una empresa subcontratada- habían sido correctos, por lo que desconocíamos su situación", afirmó. Además, matizó que en el caso de Cancienes hay un problema de higiene y malestar animal, pero no de malnutrición y que una de las siete reses, la que se halló muerta, "ya ha sido retirada por peligrosa".

Por el momento, se les ha dado a los propietarios de la granja, dos hombres de avanzada edad, diez días de plazo para "limpiar la explotación, sacar el estiércol, desinfectar y para que identifiquen correctamente a los animales". Una vez pasado el plazo se realizará otra inspección y "se tomarán las medidas oportunas".

El Sindicato de Veterinarios de Asturias está de acuerdo con que no se llega a todas partes, pero cree que la solución está en la mano del Principado. "Ahora mismo hay unas 27.000 explotaciones entre equinos y bovinos, sin contar las de ovejas y cabras, y hay 43 inspectores que trabajan en el ámbito de las enfermedades contagiadas del animal al ser humano. Se establecen unas prioridades y las pequeñas explotaciones familiares se ven cada mucho tiempo o, incluso, todavía no han pasado el trámite, como es el caso", afirmó ayer José Fernández, presidente del sindicato, que lanza otro dato: el 75 por ciento de las enfermedades que puede sufrir el hombre pueden ser contagiadas por los animales.

Fernández explica que las explotaciones tienen inspecciones oficiales por parte de los veterinarios de Salud Pública, que son funcionarios del Principado, que nada tienen que ver con el saneamiento que realiza una empresa subcontratada, cuyos veterinarios no tienen labores inspectoras: "No obstante, en el saneamiento existe indicaciones de que si notan algo manifiestamente anormal, lo comuniquen para recomendar una inspección".

"El trabajo que hacen los inspectores es intachable, lo que ocurre es que el ratio de veterinarios por habitantes en Asturias es cuatro veces menor que, por ejemplo, Castilla y León", señaló Fernández. Esa falta de personal, según el sindicato, no solo afecta a la inspección de explotaciones ganaderas, sino también a restaurantes, empresas de alimentación, almacenes de alimentación o rulas. "A veces hay cosas que se escapan porque la frecuencia de inspección no es la deseable", sentenció.