Arcadio Gutiérrez Zapico (Turón, Mieres, 1953) es el director general del Club Español de la Energía y, asimismo, el director del seminario "Una transición global y justa de la industria energética" incluido dentro del ciclo estival de este año de los cursos de La Granda. Conversa con LA NUEVA ESPAÑA en el porche de la residencia de Arcelor-Mittal, a la hora del café.
- ¿Hay disonancia entre los gobiernos de España y de Asturias en la transición energética?
-Creo que los objetivos los comparten, la cuestión es con qué período de tiempo con el fin de evitar que todo esto no repercuta en el precio. No soy el que tiene que decir si se entienden bien o mal, pero yo creo que están en desacuerdo con los plazos. El consejero de Industria, a este respecto, ha hecho tres propuestas: ir más allá de 2018 con las explotaciones del carbón -no ha dicho cómo-, que se vea la transición en las térmicas y la tercera, que no suba el precio de la electricidad.
- La electricidad térmica es más barata. ¿Y la eliminamos?
-Hay que laminarla. Los costes variables de la generación con renovables son mucho más baratos, pero tal y como están ahora. El carbón da un respaldo a estos costes porque suele ser más estable internacionalmente. Lo que no parece que se pueda hacer es cerrar las nucleares y el carbón a la vez. Eso parece imposible de llevar a cabo. ¿Cómo mantienes esto? Esa es la pregunta que afecta a las industrias y también a las personas: a usted y a mí.
- ¿El futuro está en la eólica?
-Ahora mismo la energía eólica y la solar están con unos precios muy buenos. Compiten sin necesidad de ayudas, como había pasado hace diez años con las energías tradicionales. Lo que pasa es que no funcionan siempre: necesitan respaldo. El problema es con qué: ¿centrales de gas, con carbón, con las nucleares? Si tienes que entregar una potencia y no funcionas, ¿con qué la vas a dar? Tienes que darlo con algo y eso te puede llevar a invertir más.
- ¿El carbón se acaba?
-En el mundo no. Tampoco se acaba el petróleo. Tenga en cuenta que hay cosas que no tienen sustituto: el queroseno de las aviones. Tampoco tenemos un sustituto para las petroquímicas, que está creciendo muchísimo. Sólo el 25 por ciento del petróleo del mundo se consume en los coches. El petróleo tiene muchas otras vidas.
- Europa regula las emisiones y China no. Y luego compra su chapa con emisiones.
-Eso es la fuga del CO2. Deberíamos aplicar a todo el mundo el sistema de emisiones que nos aplicamos a nosotros mismos. Este es un problema global, no sólo de un continente. Es una buena idea ir a disminuir las emisiones. Estados Unidos las ha reducido, pero por el gas.
