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La huella sureña de la iglesia de Salinas

Un experto en imaginería y una arquitecta investigan la historia de un Sagrado Corazón realizado por un escultor de la escuela sevillana

Exterior de la iglesia de Salinas y un detalle de la imagen.

La talla del Sagrado Corazón de Jesús que preside uno de los altares laterales de la iglesia de Salinas ha despertado el interés del director del Museo Pérez Comendador, César Velasco Morillo, que destaca de la pieza el hecho de haber sido uno de los primeros "sagrados corazones" que realizó Enrique Pérez Comendador, el escultor extremeño, discípulo destacado de la escuela sevillana de imaginería y escultura, al que está dedicado el museo referido en su localidad natal: Hervás (Cáceres).

En paralelo a la recuperación de la historia de la valiosa pieza, la arquitecta gallega Silvia Blanco Agüeira investiga los orígenes del templo donde se venera, con el objetivo de contextualizar la presencia en Asturias de una talla del eminente artista extremeño. La iglesia de Salinas es obra del arquitecto avilesino Julio Galán y González Carvajal, quien falleció en 1939, antes de ver terminada la construcción; se entiende por eso que fue su hijo, Julio Galán Gómez, quien culminó la dirección de los trabajos.

Galán Gómez tenía su vivienda y su estudio en la calle Uría de Oviedo y en ese local la familia guardaba la documentación profesional de ambos, más de 3.000 proyectos con todo tipo de datos. Ese archivo, por decisión de los hijos de Julio Galán Gómez, pasó a integrar los fondos de la colección del Museo de Bellas Artes de Asturias. Ahí deberían estar, junto con el resto, los planos del templo de Salinas, pero han desaparecido; hallarlos sería un importante avance.

César Velasco Morillo data el Sagrado Corazón de Jesús de Salinas en 1942, no en 1940 como se venía creyendo. Aún así, según apunta el experto en la obra de Enrique Pérez Comendador, se trata de uno de los primeros trabajos del imaginero extremeño con la exaltación del Sagrado Corazón como tema y coincide con el regreso del artista de su periodo formativo en Roma y con su ingreso en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, donde fue profesor de modelado del natural y composición escultórica hasta el año 1970.

El director del Museo Pérez Comendador conjetura que el encargo del Sagrado Corazón castrillonense al escultor extremeño podría guardar relación con la coincidencia en Madrid del artista y la hermana del arquitecto del templo, María Galán, a la sazón pintora, quien le habría hecho saber que un templo en construcción en Asturias necesitaba imágenes para sus altares. "Trataremos de confirmar que eso fue así", adelanta César Velasco.

Enrique Pérez Comendador (Hervás, 1900-Madrid, 1981) se formó artísticamente en Sevilla, ciudad a la que se trasladó con su familia en 1906. Fue discípulo del insigne Joaquín Bilbao y asume en su obra la tradición de imaginería sevillana: Cristo de la Buena Muerte, San Sebastián, San Pedro de Alcántara, Dolorosa, Santiago o San Francisco.

Desde muy joven, el cacereño estuvo hermanado con el éxito: entre 1924 y 1932 obtuvo los máximos galardones en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes y le encargaron importantes monumentos públicos, como las esculturas de la fuente de la glorieta de San Diego, para la Exposición Iberoamericana de 1929, celebrada en Sevilla.

Así pues, la iglesia de Salinas tiene un cierto "hermanamiento" con la imaginería más apreciada de Sevilla a través de la figura de Pérez Comendador, a lo que se unen los guiños modernistas del edificio que ideó Julio Galán y González Carvajal en su plena madurez profesional y que aún hoy siguen maravillando a propios y extraños. El trabajo que se han propuesto llevar a cabo los estudiosos de la escultura y la arquitectura es unificar para su divulgación las aportaciones de sendos artistas, Comendador y Galán, al objetivo de dotar a Salinas de una iglesia de la que sus vecinos pudieran sentirse orgullosos.

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