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COVADONGA NORIEGA | Enfermera supervisora de formación y calidad en el San Agustín

"Tenemos que aprender a prescribir de otra manera; con consejos, no a base de imponer"

"La enfermería tiene una visión general del paciente; a menudo, conoce el domicilio, la familia... con eso, hay que centrarse más en su calidad de vida"

Covadonga Noriega, en el Hospital Universitario San Agustín. MARA VILLAMUZA

C. G. MENÉNDEZ

Una de las responsabilidades del Hospital San Agustín es facilitar una formación continua a los trabajadores para la actualización de conocimientos y la mejora de la calidad. En la siguiente entrevista, Covadonga Noriega López, enfermera supervisora de estos asuntos en el área sanitaria avilesina, habla de ambas cuestiones.

-¿Calidad y docencia van de la mano en el San Agustín?

-Están muy relacionadas. La docencia es la formación pregrado y posgrado, profesionales que están en periodo formativo. Por su parte, se habla de formación continuada cuando los profesionales, dentro de su ámbito de trabajo, realizan cursos para mejorar técnicas y cuidados en aras de mejorar la calidad de la atención. Si educamos bien y formamos bien vamos a tener menos ingresos y mayor calidad de vida para la población.

-¿Qué elementos centran la calidad?

-Abarca varios apartados: accesibilidad, efectividad, eficiencia, comunicación y, de manera especial, la seguridad del paciente. La calidad va centrada en el paciente, que es el centro del sistema. Hablamos del paciente con alguna patología, pero también del usuario del sistema de salud y de la población que utiliza los servicios sanitarios para prevenir la enfermedad, ya que hay muchas campañas para educar en hábitos saludables con un fin preventivo.

- ¿La calidad va más allá de una correcta atención médica?

-La calidad lo abarca todo, es una atención centrada en el usuario. Por eso, requiere formación, capacitación, actitud y aptitud. Se trata de buscar el equilibrio entre lo que el profesional cree que debe recibir el paciente y lo que éste desea. Las asociaciones de pacientes y vecinos también participan en comisiones para la adopción de medidas sanitarias, no trabajamos solo con los profesionales.

- ¿Ya no impera el criterio profesional?

-La atención es la calidad recibida y la percibida, por eso, tenemos que desechar las actitudes paternalistas, el decidir por el paciente porque yo sé qué es lo mejor; hay que recomendar. Hoy nos encontramos usuarios y pacientes que a veces conocen más de su enfermedad que el propio profesional. Las redes sociales hacen que haya mucha información, decimos que hay una infotoxicación y, por ello, tenemos que saber recomendar páginas a las que acudir y no ir a la última entrada de Facebook. Tenemos que aprender a prescribir de otra manera, pero prescribir recomendaciones, no imponer.

- Si la actualización es necesaria en cualquier campo, ¿en el área sanitaria es un deber?

-Los profesionales del ámbito sanitario no pueden estancarse, tienen que estar formándose continuamente, por eso, en lo que va de año hemos realizado 149 acciones formativas. No sólo es importante la formación pregrado y posgrado, también la continuada.

- ¿El concepto de atención ha cambiado?

-El objetivo es hacer una atención integral y, para ello, debemos tener una visión muy general y completa del paciente: su ámbito social y económico, las relaciones personales, el estado de salud y, sobre todo, qué es lo más importante para él cuando acude a la consulta, tendríamos que centrar la atención en su calidad de vida.

- El equipo de enfermería es el que mejor conoce al paciente, ¿deberían ampliar competencias?

-La enfermería tiene una visión más general del paciente, sobre todo, la de atención primaria, que conoce el domicilio, el ambiente y la familia; es quien descubre otros problemas añadidos al de la salud, por ejemplo si vive solo o en una casa sin ascensor.

- ¿Se ven avances en la formación de este sector profesional?

-Se ven en las especialidades posgrado, en el San Agustín tenemos dos, familiar comunitaria y de salud mental. La enfermería está haciendo un esfuerzo muy grande y con trabajos de investigación de muy alto nivel. Siempre se facilitó que el médico tuviera una formación, era el que tenía que investigar mientras la enfermería permanecía en la planta o la consulta. Ahora, las nuevas tecnologías nos permiten avanzar y facilitan la investigación al no poder ir a la biblioteca a sentarse porque no puede interrumpir el trabajo asistencial.

- ¿Por dónde va ese camino, tanto de la enfermería como de los médicos?

-Por la calidad y el trabajo en equipo y con comunicación, todos los profesionales tienen que ir en la misma línea. Hay que buscar herramientas, guías, protocolos de actuación y formar a la gente para que tengan una sistemática de actuación.

- El exceso de burocracia es una queja continua de los profesionales sanitarios.

-Sí, es cierto, hay que minimizarla. Se están tendiendo a mejorar los flujos de atención, en una de las formaciones se intenta que la gente organice su hábitat de trabajo para que tenga todo aquello que utiliza a diario y quitar el ruido.

- ¿Se ha conseguido acercar la atención primaria al hospital?

-La dispersión geográfica complica este acercamiento, por eso, es vital tener protocolos de actuación iguales, herramientas de calidad que hagan que los procedimientos de actuación sean los mismos en una localidad que en otra; eso facilita el trabajo del profesional que se mueve de un sitio a otro. La idea es formar a los profesionales de atención primaria en retina, ecografías y determinadas pruebas que con las nuevas tecnologías se comparten con los especialistas del hospital y evitan el traslado de los pacientes. Esto significa que ya no hay profesionales de primera ni de segunda.

- ¿Qué pasos ha dado su departamento de los que se siente especialmente orgullosa?

-Trabajamos mucho con el cuidador y en la integración, y me siento muy orgullosa de la formación en todos los niveles. El área se está involucrando en este aspecto, se hacen muchos talleres de caídas, de úlceras o de movilizaciones, todos relacionados con la seguridad y calidad del paciente. Los talleres no sólo están dirigidos a profesionales, también a la población, como los de rehabilitación cardiaca.

- ¿Cómo surgen las actividades formativas?

-Por un lado, tenemos la formación de planes estratégicos que se marca desde la Consejería, de seguridad del paciente, elaboración de documentos, protocolo, código ictus, código corazón... También está la formación que se programa por las carencias que detectan los propios profesionales en su unidad: curar úlceras, reanimación cardiopulmonar, prevención de caídas, movilización del paciente... Resaltar que tenemos una comisión de acreditación que permite al profesional la formación para la bolsa de trabajo. Y también hacemos lo que llamamos formación de la bolsa, para profesionales que van a empezar a trabajar y no tienen unos conocimientos específicos. Para ellos hemos creado planes de capacitación que tienen mucho éxito; en lo que va de año, 22 profesionales han solicitado rotar por algún lugar porque consideraban que no estaban capacitados y formados.

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