El pueblo de Solís se ha volcado para realizarle un lavado de cara a la iglesia y el cementerio. "Convocamos una sextaferia y ha venido mucha gente. Nos dimos cuenta de que teníamos la limpieza algo atrasada y en la reunión para conocer al nuevo párroco -Celestino Bada-, decidimos realizar un mantenimiento a fondo. Al final ha venido medio centenar de personas", explicó María José Suárez. "Ya había un runrún en el pueblo, que la falta de limpieza estaba deteriorando las edificaciones, así que nos pusimos manos a la obra", señaló la vecina, que, con todo, explicó que para las fiestas del Corpus, en junio, se hizo una pequeña limpieza.

Durante toda la mañana de ayer, los vecinos realizaron diferentes tareas tanto en la iglesia, como, sobre todo, en el camposanto. "En el cementerio, quitamos las malas hierbas, segamos, se podaron los setos y retiramos todos los matorrales que están alrededor, porque ya afectaban a los caminos", señaló Suárez. En la iglesia, además de limpiar, los vecinos trataron la madera, en especial la de la puerta trasera, que se estaba deteriorando, y se pintó la sacristía. "Parece que los vecinos nos entendemos bien con el nuevo sacerdote, estamos conociéndonos y viendo qué se puede mantener y qué hay que cambiar. En cuanto le dijimos esta iniciativa nos dio el visto bueno", explicó la vecina.