Los hermanos Pelayo y Daniel López Ardisana aprendieron ayer a dar vida a un elemento electrónico "por medio de un programa de ordenador". Los dos explican esto en un paréntesis del taller de robótica que se celebró durante toda la mañana en el centro de investigación de Arcelor, en la Manzana del Acero, una actividad promovida por la fundación Talentum que pretende descubrir la tecnología y el futuro a más de ochenta niños de entre 6 y 16 años de Asturias y León con altas capacidades para el aprendizaje; una veta para los ingenieros e investigadores del porvenir. En la jornada de ayer, casi cuarenta. El resto, dentro de dos semanas.

Pelayo y Daniel García hablan de "arduinos" y "placas base" como si nada. Tienen 12 y 14 años. Vienen de Nava y son dos de los 38 chicos que conocieron por dentro cómo la gran multinacional Arcelor ensaya sus novedades de su mercado.

Tatiana Manso, del centro de desarrollo, explicó que abren de par en par las puertas de su casa para "implicar a chicos que quieren ser investigar". Manso añadió que el apoyo de la gran siderúrgica a la cantera es constante y puso como ejemplo que "hace unos días estuvieron por aquí alumnos del Carreño Miranda". Para Manso, lo mejor de una actividad como esta es "que los chicos descubren que los investigadores que trabajan aquí tienen una edad muy cercana a ellos: apenas veintitantos".

El programa del que habla Manso y en el que participaron los dos hermanos López Ardisana se llama "Talentum con la Innovación", una actividad organizada por la fundación Talentum, precisamente. "Lo que buscamos es que los chicos con altas capacidades para el aprendizaje y el razonamiento no vean mermados sus talentos porque corremos el peligro de que no todos terminen brillando", señaló Félix Ruiz, de la fundación Talentum. Ana Fernández, compañera de Ruiz en la misma institución con sede en Gijón, apostilló que este apoyo "se hace a través de actividades fuera de los colegios", apuntó.

La robótica de los mayores se combinó con programación de videojuegos y con una "escape room" sobre el futuro a la vuelta de la esquina, el que los hermanos López Ardisana tocan ya con los dedos.