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MANUEL VALLEDOR | Jefe del servicio de la UCI del Hospital Universitario San Agustín

"La idea de que al servicio de la UCI se viene a morir no se sostiene por ningún lado"

"Nuestro trabajo estresa porque estamos en contacto con el sufrimiento de pacientes graves y sus familiares, pero también es gratificante"

Manuel Valledor. MIKI LÓPEZ

M. M.

Manuel Valledor es intensivista. Cruzó el umbral de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Universitario San Agustín en 1993 como médico adjunto y ahora dirige una unidad constituida por seis especialistas más, veinte enfermeras, diez auxiliares, una supervisora y, como apoyo administrativo, un secretaria. Es asturiano, estudió en la Universidad de Oviedo e hizo la especialidad en el antiguo Hospital Covadonga.

- Presente la Unidad de Cuidados Intensivos.

-Es un área con un alto nivel de tecnificación donde podemos desarrollar nuestro mayor potencial de tratamiento y soporte de los pacientes.

- El paciente que llega a la UCI...

-Está malito, el nexo común de todos los pacientes que tratamos es que son críticos. Pero el origen es diverso: hay enfermos críticos quirúrgicos, coronarios agudos, fracasos respiratorios, sepsis...

- ¿La sepsis es frecuente?

-La sepsis es la respuesta inmunitaria fulminante a una infección y es muy frecuente, cada vez más. Esto tienen que ver con el mayor número de enfermos ancianos y de pacientes con enfermedades subyacentes, como el cáncer.

- ¿Qué ocupación hay en la UCI?

-Tenemos diez camas y la ocupación ronda el setenta por ciento. Como la actividad es difícilmente programable a veces necesitamos alguna más.

- ¿De la UCI se sale?

-De todos los pacientes que están más de veinticuatro horas en la UCI y que podemos considerar los más críticos alrededor del noventa por ciento salen de la UVI (lugar de cuidados con aparataje a cargo de los enfermeros) y más del ochenta por ciento regresan a su hogar. Por lo tanto, la idea de que a la UVI se viene a morir no se sostiene por ningún lado. Precisamente que el riesgo sea potencialmente reversible es un criterio de ingreso.

- ¿Cuáles son los cambios más notables en la atención?

-La medicina intensiva es una medicina muy tecnificada y la tecnología avanza muy rápido. Ahora, la tendencia es hacia la monitorización lo menos invasiva para el paciente. En nuestra unidad hay una monitorización convencional de última generación instalada este mismo año. También hay otras necesidades, pero tenemos el compromiso de la dirección de adquirirlas de forma prioritaria. Con relación al cambio de atención nos dimos cuenta que reducir la atención solo al paciente ingresado en la UVI no bastaba, pues muchas veces podíamos llegar tarde. Hoy sabemos que la atención al paciente crítico hay que plantearla no únicamente en las cuatro paredes de la UCI sino donde se encuentre ese paciente.

- ¿Cómo es el trabajo en la UCI?

-A menudo, resulta estresante por varios motivos: estamos en contacto directo con el sufrimiento y el dolor de pacientes y familiares, a veces las cosas no van bien y uno se pregunta si puede hacer algo más. A veces, nos falta material que no utilizamos habitualmente. En relación con los profesionales también hay que destacar que se trabaja en un espacio reducido con contacto estrecho lo que en situaciones de estrés favorece la aparición de conflictos.

- ¿El jefe de la UCI sufre "burnout" o desgaste laboral excesivo?

-A pesa de todo lo dicho, la medicina intensiva es una forma muy gratificante de ejercer. Me siento muy cómodo con mi equipo y muy lejos del "burnout".

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