Una tortuga laúd, de unos 300 kilos y más de dos metros de longitud, varó muerta en la zona este de la playa de Xagó, en concreto, en Fusillinos, zona ubicada en El Otero, parroquia de San Martín de Podes. Luis Laria, presidente de la Cepesma, comentó que este tipo de animal marino es probable que llevase muerto más de quince días. "La tortuga laúd es la más grande que existe en el planeta. Desde noviembre hasta abril es habitual que varen en las costas", relató.

Respecto a las causas de la muerte, Laria explica que desde la Cepesma ya no se encargan de practicar necropsias a animales varados ni se ocupan de los cadáveres. Su cometido simplemente es hacer un control de los varamientos, y con el de Xagó ya son tres los que se han producido en las costas asturianas desde el 15 de noviembre. Sin embargo, Laria argumentó que un alto porcentaje de las muertes de estas tortugas se debe a la interacción de las artes de pesca y a que algunas presentan plásticos en el estómago debido a la contaminación de los mares. También apuntó que es una especie en franca recesión y en estado crítico de población.

La aparición de la tortuga laúd en Xagó se debe a que estos animales son itinerantes, recorren el planeta entero, según apuntó Laria. De hecho, sus zonas de reproducción se encuentran en Centroamérica. Se alimentan desde medusas hasta de pequeños peces. Su caparazón es cartilaginoso y no óseo ni calcáreo como en otro tipo de tortugas marinas.

Ayer, varios vecinos vieron el ejemplar, como Esther López, una madrileña que reside en Vioño. La mujer, cuando paseaba por el arenal con su marido y sus tres perros, vio un enorme animal que, en un principio, pensó que se trataba de una vaca muerta. Sin embargo, al acercarse a ella comprobaron que era de una enorme tortuga y llamaron al 112, que les pasó con el servicio de Medio Ambiente del Principado para que se hicieran cargo de ella. El vicepresidente de la asociación vecinal "Enlaze", Francisco Muñiz Pérez, también alertó al 112 de la presencia de la tortuga y habló con la Coordinadora para el Estudio y Protección de las Especies Marinas (Cepesma), a la que envió varias fotografías del animal muerto. "Se le ven los huesos de las aletas", describió.