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El arquitecto del patrimonio en miniatura

Joaquín Suárez expone en Las Vegas decenas de maquetas en las que respeta hasta el más mínimo detalle: "Le dedico muchas horas"

Joaquín Suárez está jubilado, tiene 80 años, paciencia y una habilidad pasmosa para realizar maquetas. "Soy detallista, le dedico muchas horas", señala el corverano natural de Campañones, que lleva media vida viviendo en Posada de Llanera y que hasta el 7 de enero expone sus maquetas sobre patrimonio arquitectónico asturiano en el centro social de Las Vegas.

Con sus manos y con materiales "reales", Suárez recrea varios edificios del prerrománico asturiano, la mina del pozo San Luis-Carbones La Nueva de Ciaño y la cueva de Covadonga, entre otros. El maquetista comenzó la colección que muestra en el salón de arte corverano confeccionando hórreos. "Si el edificio original es de piedra, uso piedras; si lleva madera, madera", señala Suárez. Cada pieza está al mínimo detalle, está decorada tanto en el interior como en el exterior, como se aprecia en la reproducción de la ermita de La Consolación o el gran molino de agua de tipo asturiano, que tiene un mecanismo en el que se aprecia el movimiento constante del agua. "Este es un molino de elaboración de trigo de escanda que está en Vega (Quirós)", detalla el maquetista al tiempo que explica que para elaborar sus obras toma medidas con un metro de los edificios y los construye después a escala. "Las tejas de este hórreo son de teja árabe, la muela y los pegollos son de piedra", indica. Detrás, hay pájaros, lechuzas, hormigas y un centollo, éste último hecho a base de una piedra volcánica hallada en Galicia. Un carro del país de madera, otro conducido por bueyes están próximos a una estructura que simboliza el proceso de la sidra y el conjunto etnográfico de Os Teixois, en Taramundi. "Se mueve y genera energía", apostilla el maquetista que comenzó su afición con su jubilación tras trabajar de joven en taller de carpintería y posteriormente dedicarse al mundo de la construcción, primero en Austria y después en Asturias, donde se jubiló como encargado de varias actuaciones. "Me encanta el monte pero como estoy operado de la rodilla, preferí hacer maquetas desde que dejé de trabajar, antes no tenía tiempo", apostilla. Suárez ha diseñado la iglesia de Santa Cruz de Cangas de Onís, la cueva de Covadonga, Santa María del Naranco, Santullano, Santa Cristina de Lena, San Antolín de Bedón, el templo de San Justo y Pastor de Solís y San Pedro de Nora de Las Regueras. "Tengo además una maqueta de la central hidráulica La Malva de Somiedo, que me encargó Edp", señala el maquetista, que se desive por su región y sus edificios. Con sus obras, Joaquín Suárez pretende "hacer un homenaje al patrimonio, a esas obras que con el tiempo se están perdiendo y hay que proteger". No solo tiene obras asturianas, sino también un molino de viento manchego, con su Don Quijote y Sancho Panza incorporados.

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