El Ministerio de Industria descarta, como en su día hizo el de Trabajo, la vía de la nacionalización de la empresa como fórmula válida para salvar las fábricas de Alcoa amenazadas de cierre desde el pasado mes de octubre y pendientes de un desenlace para el que ya sólo faltan quince días. El secretario general de Industria, Raúl Blanco, zanjó ayer el posible debate en declaraciones a la Cadena SER: "La nacionalización (de Alcoa) no se contempla como solución porque la normativa europea es muy estricta en este sentido y no hay margen posible".

Blanco fue más comedido en su rechazo a la fórmula de la nacionalización que la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, quien en noviembre rechazó la intervención del Estado en Alcoa aduciendo que "España no es una economía estatalizada" y que "no estamos en un régimen comunista", palabras que le valieron duras críticas. Valerio manifestó entonces que los técnicos de Trabajo iban a "estudiar en profundidad" el ERE que plantea Alcoa para dar una solución "satisfactoria" a los setecientos afectados (entre las fábricas de Avilés y La Coruña).

Raúl Blanco añadió, esta vez en positivo, que el Ministerio de Industria mantiene abierta la negociación con la empresa y con los trabajadores. Así mismo, manifestó que "el Gobierno está del lado de los trabajadores, de la industria y del mantenimiento de la actividad en las fábricas de Avilés y La Coruña". Unas palabras que en medios sindicales exigen ver convertidas en hechos.