Desde esta medianoche la velocidad máxima autorizada en toda la red regional de carreteras secundarias (tanto estatales como autonómicas) pasa a ser de 90 kilómetros por hora. Las vías donde, por su ancho especial de arcén, estaba aún autorizada la circulación a 100 por hora ya están señalizadas con los nuevos límites y los radares que "cazan" a los conductores que infringen la norma serán adaptados al nuevo escenario.

La jefa provincial de Tráfico en Asturias, Raquel Casado, ha supervisado esta mañana la sustitución de la última señal de "prohibido circular a más de 100 por hora" por la correspondiente con el límite de 90; este acto simbólico ha tenido lugar en la variante de Avilés y junto a Casado al lugar se ha desplazado la delegada del Gobierno en Asturias, Delia Losa. Para una mayor concienciación de los conductores, Casado ha anunciado que Tráfico pondrá en marcha una campaña de vigilancia en las vías afectadas por la nueva reglamentación.

Todas las autoridades que han estado presentes en el cambio de señales han incidido en que rebajar la velocidad máxima en las vías secundarias debería redundar en una mayor seguridad vial y en la disminución del número de accidentes mortales, cuya frecuencia en este tipo de carreteras es tan alta que llegó a ser motivo de franca preocupación para el Gobierno.

Varios cientos de kilómetros en diferentes carreteras asturianas se verán afectadas a partir de mañana por la reducción de la velocidad, de 100 a 90 kilómetros por hora, que aprobó hace un mes el Consejo de Ministros. La medida, que se había anunciado hace ya unos meses, afectará a las carreteras convencionales que cuentan con un arcén de 1,5 metros de anchura o más. La velocidad máxima se igualará así a la que ya rige para el resto de las carreteras convencionales, que son aquellas secundarias que tienen un solo carril en cada sentido. La medida afectará a unos 7.000 de los 165.000 kilómetros que suma la red de carreteras de España, según la Dirección General de Tráfico.