En 2013, el gobierno de Corvera se propuso como uno de sus objetivos reducir la media de días en la que pagaba sus facturas: en 2012 había sido de 34 días y en 2018, seis años después, esa media se ha reducido a la mitad, 17 días. "Pagamos siempre y lo hacemos rápido, hecho que es muy atractivo para cualquier empresa proveedora, lo que genera una situación de competitividad que también beneficia al Ayuntamiento, que logra bienes y servicios de calidad con precios muy buenos", explicó el alcalde, Iván Fernández.

La media del Consistorio corverano deja 13 días de margen sobre el límite de los 30 días que fija la Ley de Morosidad para que las administraciones abonen sus facturas.