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De jazz a Bach en el Niemeyer

"Estoy en muchos sitios, más que por talento, por viejo", dice el músico Jordi Sabatés, el domingo en el complejo de la ría

Jordi Sabatés, en una imagen promocional.

"Lo que me gusta hacer son conexiones secretas con la música: un ragtime te lleva a la música de Nueva Orleáns y, de ahí, vas a Cuba", explica el compositor barcelonés Jordi Sabatés (1948), que este domingo (13.00 horas) ofrece en la cúpula del Niemeyer un concierto-homenaje a los poetas visuales Joan Brossa y Alain Arias-Misson, precisamente, los protagonistas de la muestra que acoge la semiesfera del complejo cultural de la ría hasta el próximo mayo. "Llevo trabajando en este concierto desde hace semanas: a ver si gusta. Lo que voy a ofrecer es algo hecho especialmente para la exposición. Y eso es difícil. A Brossa le gustaba Chopin. Bueno, pues en vez de tocar uno de sus nocturnos lo que hago que es incluir en el programa uno de los retratos que hice del romántico e incluí en mi disco 'Portraits'", explica el música.

Jazz, música romántica, clásica... "Estoy en muchos sitios, más que por talento, por viejo", bromeó el compositor y concertista. "Mi relación con el jazz ha sido casualidad, pero, bueno, con Tete Montoliú grabé 'Vampyria' y con Chick Corea uno de los discos de jazz más importantes para la crítica", señaló el compositor. "Lo mío, sin embargo, es la música clásica. Con seis años me puse a tocar a Mozart. Sigo con Bach y los 'lieder'. Pero de ahí pasé a la música de cine silente. A Brossa le gustaba mucho 'Nosferatu'... Después de tanto copiar de una y otra cosas empiezas a sonar como tú mismo", confesó Sabatés, que ha grabado por "Bola de Nieve" (Ignacio Jacinto Villa Fernández), el cantante cubano, pero también ha hecho discos de jazz, pero a su modo. "Nunca he tocado estándares, pero recordando a Brossa, grabé un disco con música como del Cotton Club..."

Los surrealistas siempre mostaron su devoción por Buster Keaton. "Rechazaron a Charles Chaplin por su sentimentalismo", apuntó Sabatés. "Tàpies y Brossa y todos los de la época sentían especial encanto hacia Georges Mèlies, el director de las películas fantásticas sobre viajes a la Luna. Los domingos se ponían una película que traían de París. Lo que les interesaba era la magia", confiesa Sabatés. "Lo que voy a hacer un surtido de todo lo que hago y todo lo que hago sigue las directrices de Ernesto Sábato, que también era físico como yo. Decía: que la diferencia que hay entre la imaginación y la fantasía es que la primera hilaba cosas que, de otra manera no se entenderían: lo mismo que hace que un vaso se caiga de la mesa es lo que hace que la Luna no se caiga", concluyó el compositor.

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