La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El deterioro del viejo geriátrico de Rivero crece "sin solución"

Las filtraciones de agua afectan a casi toda la casa contigua al edificio, propiedad de la Sareb, denuncian los vecinos

El geriátrico de Rivero.

Hace algo más de tres meses, los vecinos advirtieron de que el estado de abandono del antiguo geriátrico de Rivero, ubicado frente a la entrada del parque Ferrera, estaba generando humedades en la vivienda contigua. Entonces, había daños en las escaleras y en una habitación de la casa del joven Pelayo Fernández. Ahora, la situación ha ido a peor. "Ya tengo humedades en el salón, que está justo encima de los soportales. Nadie da una solución", asegura el inquilino de la vivienda más próxima al edificio del geriátrico. Ese inmueble es actualmente propiedad de la Sareb (Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria), también llamada "banco malo".

El joven lamenta que nadie haya tomado cartas en el asunto ante el paulatino deterioro del edificio. "No es un problema de estética, es estructural", señala el inquilino, que se ha puesto en contacto con la Sareb para intentar buscar una solución al problema, pero por el momento no se ha producido ningún cambio.

El concejal de Promoción Económica, Manuel Campa, señaló en el Pleno municipal de enero que la Sareb tenía hasta finales de febrero para presentar un proyecto de reparación del inmueble. Es la razón, indicó, por la que no se ha ejecutado ninguna actuación de mejora en el edificio. "Hace dos años que nadie mira para esa casa", apunta Pelayo Fernández, que ha tenido ya que pintar las escaleras de acceso a su casa y su habitación para intentar minimizar el impacto de las humedades.

El edificio del desaparecido geriátrico de Rivero, obra del arquitecto Manuel Busto, está en venta desde 2017 y desde hace más de un lustro se encuentra sin uso. Debido a que no está habitado, el inmueble ha ido poco a poco degradándose. Las caídas de cascotes del techo de la zona con soportales es una constante, lo que ha obligado en más de una ocasión a acordonar la zona para impedir el paso de viandantes. Actualmente, el área está protegida por una malla de color verde. "Esperemos que den una solución lo antes posible, no se puede vivir con estas humedades y más aún si van a más", concluye Pelayo Fernández.

Compartir el artículo

stats