Pedro García Aguado (Madrid, 1968) ganó la medalla de oro de waterpolo en los Juegos de Atlanta, en 1996. Dos años después se hizo con el Mundial. Fue internacional casi seiscientas veces, pero un día cayó en el mundo de la droga. Salió de ella convertido en terapeuta para jóvenes, como se vio en el programa de televisión "Hermano mayor". En esta encarnadura aparece esta mañana (11.00 horas) en el auditorio del Centro Niemeyer, que acoge una nueva edición del congreso Kliquers, una iniciativa de la Fundación Lo Que De Verdad Importa que reúne a un millar de jóvenes de toda Asturias para escuchar a García Aguado, pero también a la cantante Miriam Fernández.
- Mil chavales le quieren escuchar.
-Y es que todos llevamos esa personita que creció, tomó decisiones, en mi caso, alguna no muy acertada. Si una vez que creces y no te olvidas de que has pasado por eso, logras conectar con los jóvenes. No viene un adulto a decirte lo que tienes que hacer, viene a hablar contigo el tío que ha crecido, el que se ha equivocado, el que ha aprendido de sus errores. Yo creo que por eso conecto tanto.
- ¿Y cómo llega a esta fundación?
-Empezamos con lo que ellas llaman congresos de jóvenes con valores. Digo ellas porque todas son mujeres en la Fundación Lo Que De Verdad Importa. En aquellos congresos había cuatro ponencias, cuatro historias. Entre ellas, la mía. Ellas creían que mi historia les podía servir como catalizador para que ellos extrajeran los aprendizajes que quisieran.
- De lo que va a hablar es de que en su vida algo se rompió.
-La cosa no es que algo se rompió un día. Lo que sucedió es que se fue rompiendo poco a poco. Lo que les cuento es cómo todo eso me llevó a la situación en que me encontraba y que me llevó a ingresar en un centro de drogodependencia. Lo que enseñamos mañana [por hoy] es una serie de comportamientos: asertivo, agresivo, pasivo... Ellos y ellas se sienten identificadas: "Mira, pues a mí me pasa eso". También mencionamos la violencia de género, que se da ahora en edades muy tempranas. Lo que queremos es que hagan clic y eso se hace a partir de mi historias. "¿Yo me comporto así?".
- ¿Qué capacidad de éxitos tienen este tipo de encuentros?
-Las chicas de la Fundación lo tienen contabilizado. A mí me gusta más cuando suben al escenario, cuando me dicen: "Oye, me ha quedado una pregunta". No sabría cuantificar el éxito, pero el alcance es brutal. El que no sale del teatro diciendo que quiere comportarse de manera diferente dentro de una semana o dos semanas te manda un instagram, como ellos se comunican, y lees que escriben: "Aquello que dijiste, me ha hecho reflexionar".
- ¿Quién lo hace mal?
-Los educadores, los padres, las madres. No sabemos hacerlo. Educamos lo mejor que sabemos, pero esa manera no es la mejor y lleva a que nuestros hijos a comportarse como en aquel programa. Los problemas nacen en casa. Los padres desautorizan a los profesores y ellos mismos se desautorizan entre sí. Los referentes no son estables. Antes se respetaba a los profesores por ser profesores, ahora el saber está en Google. Cuando los jóvenes ven a los adultos como el enemigo que le va a coartar su libertad de pensamiento, reaccionan con la distancia, con la brecha entre el profesor, el padre, la madre y el smartphone.
- ¿Se ha metido en política?
-Lo que quiero es ayudar, me da igual la ideología. Ha salido una noticia de que me ha fichado el PP. No es cierto. Estoy ayudando a la candidata Isabel Díaz Ayuso desde mi experiencia. Tiene muchos más asesores. Lo que quiero es ayudar en políticas de juventud, en temas educativos. ¿Por qué tienen que pagar 80 pavos en una escuela de padres? Eso es lo que ofrezco a Díaz Ayuso. Pero es que también participé en las jormadas de España Ciudadana. En Ibiza trabajo con Podemos. Lo mío es apolítico. Si un padre tiene problemas con sus hijos le voy a ayudar, me da igual qué ideología tenga.
