La Policía Local de Avilés quiere echar el freno al tuning: los agentes del turno de noche dispersaron una concentración de hasta 35 vehículos modificados en la parte alta del Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA). A sabiendas de este tipo de concentraciones, los agentes instalaron un punto de verificación orientado al control de vehículos y conductores y como resultado presentaron siete denuncias: cuatro por "realizar reformas de importancia en otros tantos vehículos sin la autorización pertinente", una más "por circular sin dibujo en las bandas de rodadura de los neumáticos", otra por "no llevar instalada la señal V-13" (la conocida como "L" de conductor novel) en el coche y la última "por conducción temeraria al ser sorprendido realizando derrapes y circulando a gran velocidad con el consiguiente riesgo para el resto de usuarios".

En otro control que nada tiene que ver con los amantes del tuning y en otro punto de la ciudad, los agentes abrieron diligencias a diez conductores, dos de los cuales fueron denunciados ante la autoridad judicial por hacerlo con tasas de alcohol superiores a 0,60 miligramos por litro de aire espirado. El resto fueron denunciados por circular con el permiso caducado, saltarse un semáforo en rojo, circular sin la ITV pasada o conducir bajo los efectos del alcohol pero sin sobrepasar los 0,60 miligramos por litro de aire espirado que marcan la diferencia entre infracción y delito.