El fuego calcinó ayer varias hectáreas de terreno en la parroquia gozoniega de Podes y también en Arnao, en Castrillón. El viento azuzó las llamas y provocó la quema de un gran eucaliptal en el concejo de Gozón, que los Bomberos tardaron casi todo el día en sofocar. "No podíamos hacer nada, teníamos miedo, impotencia", indicó María Fernández, dos horas después de ver cómo el incendio invadía un eucaliptal a pocos metros de su vivienda, en el barrio del Cirvión.

Según los vecinos, el fuego de Podes comenzó poco después de las 11.00 horas. Se inició en La Reguera, en la parte baja del monte, y rápidamente llegó hacia la parte superior. "Teníamos los coches y ropa allí abajo -junto al monte en llamas- y fuimos rápidamente a por ello. Por suerte, no pasó nada a nadie", destacó María Álvarez, al tiempo que los Bomberos intentaban sofocar el incendio por vía aérea y desde un camión. "Este aire es peligroso", señaló Tomás Peláez, también vecinos del Cirvión, que vio como "había llamas gordas". "Por suerte, los Bomberos llegaron rápido, debieron tardar unos veinte minutos", añadió.

Los Bomberos controlaron en todo momento el fuego. Sin embargo, el viento conseguía avivar pequeños focos. Esa cuestión retrasó con creces la operación. El helicóptero lanzó agua desde el aire al eucaliptal por la mañana mientras que las labores de la tarde se centraron, principalmente, en sofocar los fuegos con mangueras. "A las ocho de la tarde, los Bomberos dieron por extinguido el incendio", señaló el alcalde, Jorge Suárez, que se desplazó a la zona para conocer el alcance de los daños.

José Ramón Álvarez es uno de los afectados. "Mi terreno es de 1.000 metros cuadrados y tengo pinos y eucaliptos que quedaron arrasados. Me llamó la guaja asustada y lo primero que pensé fue: pegaron fuego ahí y lo peor es que no para", aseguró.

En Arnao (Castrillón) hubo otro incendio, el primero del año en el concejo. Ocurrió en el monte que desciende desde Las Chavolas hacia la mina de Arnao. Dotaciones de bomberos del 112 participaron en la extinción del fuego, unos trabajos complicados por el fuerte viento. Un helicóptero del 112 participó en las tareas de extinción. Agentes de la Policía Local vigilaron la zona hasta que se apagó el fuego, casi dos horas después de que se declarase el incendio. Los vecinos de la zona estaban convencidos de que el incendio fue provocado. "No hay año en el que no arda este monte", aseguraron.