El cura nonagenario participó en la procesión de San Pedro, de la que tantas veces fue protagonista principal, vestido de calle, ataviado con la estola morada y sentado en un silla de ruedas por los problemas de movilidad propios de su avanzada edad. La fe incombustible del decano de los curas avilesinos es ejemplo para las generaciones jóvenes.

El sermón que tantos años dio Garralda lo pronunció en esta ocasión un cura novato en el arciprestazgo, el titular de la unidad pastoral de Trasona y experto en la interpretación de la Biblia, Constantino Bada. Minutos antes de subir al púlpito, el sacerdote reflexionó en declaraciones a este diario sobre el sentido de la jornada: "El pasaje de las lágrimas de Pedro nos habla de arrepentimiento, de perdón y de reconciliación. Pedir perdón, previo arrepentimiento, es una cosa muy sana, como bien sabe cualquiera que haya cometido una falta y se haya redimido de la misma".

No obstante, la lectura del pregón se hizo de rogar, pues los responsables de la cofradía organizadora de la procesión, dando por buena la prueba ya realizada el año pasado, adelantaron el paso de la comitiva por las calles La Ferrería, San Bernardo y La Cámara antes de proceder a la lectura del pregón. De este modo se trata de hacer más liviana la espera del público que acude a ver la procesión, que en años pasados discurría por las calles citadas a una hora más tardía, una vez acabado el pregón.

El gentío que acompañó a los cofrades en su marcha por las calles, desde Rivero a la plaza de Álvarez Acebal, estuvo a la altura de las circunstancias. Parecieron notarse en el ambiente las ganas de "ver" Semana Santa, sobre todo después de que la amenaza de lluvia frustrase la salida el lunes de Jesús Cautivo.

La cofradía de San Pedro, con Carlos Fernández Mora a la cabeza, también dio la talla procesional: banda de tambores perfectamente sincronizada a las órdenes de Beatriz Pereda, nazarenos de punta en blanco (y rojo) y muchos niños con capirote, como es costumbre en una hermandad en la que es costumbre la iniciación de los cofrades a edades tempranas.