"Estamos ante una publicación que es una pequeña joya por cómo está concebida, ya que si bien es un libro de muchas y buenas fotografías, es también un trabajo de historia social", señaló ayer el historiador Rubén Vega en el acto de presentación de "Fotografía, industria y trabajo. José Zamora Montero (1874-1953)", que tuvo lugar en el centro cultural Valey de Piedras Blancas, organizado por el Club LA NUEVA ESPAÑA de Avilés. La obra, fruto de la investigación llevada a cabo por el también historiador Juan Carlos de la Madrid y Alfonso García Rodríguez, archivero de Asturiana de Zinc, rescata la figura de quien fuera capataz de la Real Compañía Asturiana de Minas y fotógrafo aficionado, autor de más de un millar de imágenes. Nacido en Cartagena y vinculado a la entonces multinacional belga desde 1903, cuando llegó a Asturias, retrató a los trabajadores de la fábrica de Arnao y también plasmó con su cámara momentos relacionados con la empresa, así como eventos sociales en el Club Náutico de Salinas y otras actividades de la comarca. A pesar de su gran producción, hasta ahora era un gran desconocido.

El trabajo realizado por ambos autores tuvo como punto de partida un archivador de fotos que alberga el archivo de Asturiana de Zinc. "Ha sido un descubrimiento por fortuna, ya que cuando arrancamos el trabajo nos salió al paso la vida de José Zamora, del que no sabíamos nada al ser una persona que había desaparecido de la memoria general, incluso de la de su familia", indicó Juan Carlos de la Madrid. También apuntó que, conforme avanzaban, el devenir de este hombre que finalizó sus días en Galicia le empezó a recordar a la película española "La vida de nadie".

De la Madrid señaló en el acto, presentado por Eloy Méndez, jefe de sección de LA NUEVA ESPAÑA de Avilés, que el libro tiene mucho de "peripecia novelesca" por los enigmas en torno a Zamora. Y es que, tirando del hilo, los autores reconstruyeron la trayectoria de quien, a su llegada a la empresa, se dedicó a tareas técnicas para, después, convertirse en una persona de confianza de la dirección. El historiador relató que el "padre" de las instantáneas vivió en una casa de Salinas que aún existe, en cuyo sótano montó un laboratorio de fotografía. "Retrató a los obreros en el tajo, a los fundidores que realizaban turnos de 24 horas y descansaban en unos dormitorios en las propias dependencias de la empresa, a los trabajadores de cuello blanco (cualificados) y a mujeres, niños y ancianos. Como se necesitaba fichar a todo el personal, hizo fotografías a cada trabajador para las fichas que se guardaban con los datos de cada uno", comentó el coautor, que calificó la obra de "local y universal" por su contenido.

Alfonso García Rodríguez, por su parte, se refirió al proceso que siguieron para reconstruir la figura de José Zamora Montero. "La idea primera era abordar los archivos de fotografías, pero al conocer el nombre del autor de las imágenes a través de un antiguo trabajador que vivía en Alemania, fuimos profundizando en la investigación", comentó el archivero, que considera el material que guarda Asturiana de Zinc, "una fuente inagotable".