El agente de viajes procesado en el "caso Niemeyer", José María Vigil, continuó prestando servicios al centro pese a que su compañía había bloqueado en 2010 la cuenta de empresa por la deuda acumulada (unos 160.000 euros), utilizó un método que "no levantaba sospechas" y llegó a falsear facturas, según expusieron dos directivos de Viajes El Corte Inglés que ayer declararon como testigos en el juicio que se desarrolla en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, en Oviedo. Vigil afronta ocho años de cárcel acusado de un delito de estafa relacionado con otro de falsedad y como cooperador de malversación.

En la sesión del lunes, testificaron el responsable del departamento jurídico de la empresa, J. L. V. S., y el director financiero y de administración, R. B. M. Ambos expusieron que las alertas no saltaron en el sistema informáticos de Viajes El Corte Inglés porque el ahora acusado "conocía los tiempos" y manejaba diferentes cuentas, lo que impedía que el sistema interno detectase las incidencias que se estaban produciendo con la Fundación del Centro Niemeyer, principal cliente en Asturias de la compañía. Llegaron a suscribir que los movimientos se realizaban de una forma concreta "para no levantar sospechas" en la central de Madrid.

Sendos directivos expusieron que la cuenta de empresa de la Fundación del Niemeyer se bloqueó en 2010 y solo se podían prestar nuevos servicios siempre y cuando se pagasen en efectivo o mediante transferencia. Siempre según su relato, José María Vigil "incumplió las normas de régimen interno" pasando nuevos servicios para la Fundación del Niemeyer a otras cuentas distintas pese a que no estaban pagados y emitiendo facturas hechas por él mismo que no quedaron registradas en la contabilidad de la compañía. La empresa localizó a finales de 2011 "un montón de operaciones" relacionadas con el Niemeyer en cuentas particulares de otros clientes que sumaban unos 300.000 euros. Entonces sí que saltó una alarma porque "la cuenta de particulares estaba creciendo una barbaridad".

En una reunión celebrada en enero de 2012 entre directivos asturianos y de Madrid de Viajes El Corte Inglés con José María Vigil, éste reconoció las irregularidades y lo plasmó por escrito en un documento, según el relato de los testigos. En ese texto, el acusado sostiene que llegó a hacer facturas a petición del director del Niemeyer, Natalio Grueso (afronta una pena de once años de prisión). "Es algo muy grave. Está totalmente prohibido que un empleado emita una factura por su cuenta", aseveró R. B. M. Añadió que dada la gravedad de las manifestaciones del empleado, se le pidió que las plasmase por escrito.

La empresa sancionó entonces a José María Vigil con sesenta días sin empleo y sueldo, un castigo que no llegó a cumplir porque solicitó la baja voluntaria en Viajes El Corte Inglés en enero de 2012, tras redactar el escrito en el que reconoce las irregularidades.

Desde la empresa sostienen que no se descubrió este mecanismo irregular hasta 2012, cuando los nuevos gestores del centro cultural avilesino se encontraban en pleno análisis de una contabilidad que acabó en la denuncia que ahora se está juzgando. Los análisis internos reflejaron que el 28% de las facturas de Viajes El Corte Inglés con la Fundación Niemeyer se cobraron con demora, un retraso que fue de incluso años. De hecho, la entidad arrastraba pagos con la empresa de viajes desde 2007, si bien la compañía fue flexible en un principio porque el Niemeyer era "el mejor cliente de la región". "En 2007 y 2008 se fueron haciendo pagos más razonablemente", apuntó R. B. M. En ese análisis posterior, la compañía detectó 35 cargos al Niemeyer por valor de 24.000 euros en total de servicios contratados que "no guardaban relación directa con la Fundación". Los testigos pusieron como ejemplo un viaje particular de una familia a Disneyland París. La compañía realizó una auditoría interna y descubrió también que "había facturas que no estaban registradas y otras que tenían modificaciones".

Los representantes de Viajes El Corte Inglés incidieron en que mantuvieron reuniones posteriores con la exconsejera de Cultura Ana González (también está citada como testigo) y que colaboraron en todo momento con la investigación que se llevó a cabo tanto desde la Fundación, primero, como desde el juzgado de instrucción, después.

"¿Está diciendo que un empleado puso en jaque todo el sistema informático de Viajes El Corte Inglés?", preguntó el abogado de Vigil, Antonio Pineda. ""No se le podía detectar porque ajustaba los tiempos a las reclamaciones de la central", respondió R. B. M., que se llegó a referir a "cargos ocultos en la cuenta de anticipos".